“Si ahora tenemos demasiados contactos y luego resulta que ésta fue la última Navidad con los abuelos será que tal vez algo hicimos mal. Lo siento, de corazón, por todos aquellos que sufren la dureza de la situación”. Con la voz entrecortada, la canciller alemana Angela Merkel dejó de lado su habitual rigor y suplicó “prudencia” a sus compatriotas ante el embate del coronavirus en el país.
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El emotivo discurso pronunciado por la líder alemana durante el debate sobre los presupuestos del Estado provocó revuelo inmediato. En un artículo titulado “La gran súplica de Merkel”, el diario germano “Der Spiegel” destacó que la dirigente “criticó a los estados federales, advirtió a los que no escuchan la ciencia y pidió medidas más duras contra el coronavirus”.
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Las palabras de Merkel llegaron en un día en que Alemania registró 590 muertos por COVID-19, otro récord máximo de fallecidos por el virus y que supone un aumento de 100 decesos sobre la anterior marca diaria, registrada la semana pasada. “Es duro, pero 590 muertos en un día no es una cifra aceptable”, dijo Merkel en su alocución.
La canciller y el Instituto Robert Koch (RKI), centro epidemiológico de referencia en el país han advertido que, pese a la cuarentena parcial iniciada el 2 de noviembre y a que la curva de las nuevas infecciones parece haberse desacelerado (los nuevos contagios ascendieron a 20.815, por debajo del pico de 23.648 del 20 de noviembre), el número de víctimas mortales no presenta disminución.
La semana pasada, su gobierno y los poderes regionales decidieron prolongar las restricciones vigentes hasta el 10 de enero, con lo que los restaurantes, los locales de ocio nocturno, los eventos deportivos en lugares cerrados y la vida cultural permanecerán cerrados.
Merkel respalda las recomendaciones de la mayoría de expertos y virólogos de referencia del país, que aseguran que es necesario endurecer las restricciones y limitar los contactos. Por eso, la canciller pidió este miércoles medidas más severas en lugar de plantearse suavizarlas entre el 20 de diciembre y principios de enero para que puedan darse las reuniones familiares.
La líder alemana siempre se ha mostrado a favor de medidas estrictas, pero ha tenido que operar con más lentitud porque en Alemania, los 16 gobiernos estatales tienen las competencias para imponer y levantar restricciones.
La canciller y los gobernadores estatales se reúnen periódicamente para coordinar las medidas. La próxima reunión está programada para el 4 de enero.
Protestas y negacionismo
Alemania evitó durante la primavera el gran número de contagios y las sombrías cifras de muertos que sufrieron sus vecinos europeos, y sigue teniendo una tasa de mortalidad mucho más baja que países como Gran Bretaña, Francia y España. Pero las cifras actuales no son alentadoras.
“Hay demasiado contacto” entre las personas, dijo Merkel este miércoles y puso como ejemplo los puestos de venta de comida instalados en los tradicionales mercados de Navidad. Agregó que le “duele de verdad en el corazón” ir contra los puestos de comida navideños, pero consideró que estas tradiciones de las fiestas “no son aceptables si el precio a pagar es que la cifra diaria de muertos alcance las 590 personas”.
“Aunque hubo advertencias contra las multitudes, aumentó el número de participantes en manifestaciones críticas con el gobierno por la pandemia”, dice “Der Spiegel” en un artículo titulado “Por qué Alemania estaba tan mal preparada para la crisis del coronavirus”.
Lo cierto es que cada vez más ciudadanos han realizado protestas contra las restricciones impuestas por las autoridades, afirmando que los límites al contacto social, el cierre de negocios y la obligación de utilizar la mascarilla atentan innecesariamente contra sus derechos.
A ellos se suman los miembros de grupos antivacuna, quienes sostienen que las inyecciones contra el COVID-19 serán obligatorias.
Merkel dirigió sus palabras a quienes protestan contra las restricciones por la pandemia y en especial hacia el sector de negacionistas de la pandemia, cuya voz en el Bundestag es la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), tercera fuerza a escala nacional y líder de la oposición.
También recordó que Alemania se encuentra en la “fase decisiva” de la pandemia, una segunda ola “mucho más exigente que la primera”.
Asimismo, Merkel reconoció que las vacunas que se puedan poner en los tres primeros meses del 2021 no serán suficientes para suponer un “cambio significativo” a nivel epidémico en el país.
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