La ministra de Interior británica, Amber Rudd, dimitió el domingo tras polémica sobre inmigración. (Foto: AFP/Niklas Halle'n)
La ministra de Interior británica, Amber Rudd, dimitió el domingo tras polémica sobre inmigración. (Foto: AFP/Niklas Halle'n)
Redacción EC

La ministra de Interior británica, Amber Rudd, presentó su dimisión a la primera ministra Theresa May, que la aceptó, anunció Downing Street el domingo por la noche.

Amber Rudd estaba en el punto de mira desde hacía varios días tras varios casos relacionados con el control de la inmigración por parte de sus servicios

La oposición había pedido su renuncia en los últimos días tras la publicación en los medios británicos de documentos que indican que tenía conocimiento sobre el establecimiento de cuotas anuales para deportar a inmigrantes ilegales, a pesar de que lo había negado en una comisión parlamentaria.

La primera ministra, la conservadora Theresa May, "ha aceptado esta noche su dimisión", según informó un portavoz de Downing Street, despacho oficial de la jefa de Gobierno.

Escándalo Windrush

Amber Rudd tenía programado hablar el lunes ante el Parlamento británico acerca de lo que ha denominado el escándalo Windrush.

El furor ha crecido desde que el diario Guardian reportó que a algunas personas que llegaron al Reino Unido desde el Caribe en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se les ha negado atención médica en Gran Bretaña o se les ha amenazado con deportación porque no pudieron presentar comprobantes de que vivían legalmente en el país.

Los afectados pertenecen a la "generación Windrush", llamada así por el barco Empire Windrush, que en 1948 trajo cientos de inmigrantes del Caribe a Gran Bretaña, que estaba necesitada de enfermeras, trabajadores ferroviarios y otros obreros para trabajar en la reconstrucción del país tras la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial.

Ellos y otros migrantes caribeños que llegaron después eran de colonias o ex colonias británicas y tenían el derecho automático de asentarse en el Reino Unido. Pero algunos de ellos han sido afectados negativamente por nuevas y duras regulaciones establecidas desde 2012.

A algunos inmigrantes que viven legalmente en el país se les ha negado vivienda, empleo o atención médica debido a los requisitos de que los arrendadores, empleadores y médicos revisen el estatus migratorio de las personas. A otros se les ha dicho que están ilegalmente en Gran Bretaña y que deben irse.

“Lo que ha pasado con la generación Windrush no es una anormalidad. No se debe a un error administrativo. Es consecuencia del ambiente hostil creado por el gobierno” de los conservadores, dijo el domingo el alcalde de Londres Sadiq Khan, miembro del Partido Laborista.

Fuente: Agencias

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