Torturas, asesinatos, incendios, bombardeos. La guerra entre Rusia y Ucrania sigue causando muertes sin importar si se trata de civiles o militares. Y ahora que un nuevo ataque se registró en la cárcel de Olenivka -ubicada en Donetsk-, recopilamos otros que serán difíciles de olvidar.
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Masacre de Irpin
“El domingo 6 de marzo a pocos metros del puente destrozado de Irpin un fotógrafo sacó la foto de los cuerpos de una mujer y sus dos hijos tirados en el piso, asesinados por morteros rusos, al lado de su valija con ruedas”, escribe “La Nación”.
Estaba huyendo, y así como ellos ancianos.
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Todo se inició ese mismo domingo a las 9:30 a.m., cuando los civiles cruzaban con dificultad un puente que fue destruido para evitar el paso de los rusos. Era su única forma de dejar Irpin y llegar a Kiev luego de que el tren quedara en desuso por acciones de la guerra.
Según Human Rights Watch, los rusos disparaban a la zona un proyectil de mortero entre cada cinco y diez minutos. Hay videos que muestran cómo las personas cargaban sus maletas y a sus mascotas cuando les dispararon.
Fue el punto más álgido de los ataques ya se venían sucediendo por días en Irpin. Las cifras, según “La Nación”, fueron 50 soldados y “entre 200 y 300 civiles muertos”.
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Bombardeo al teatro de Mariúpol
Las informaciones cuentan que, encima del edificio y de grandes dimensiones, un par de letreros decían “niños”, una forma de pedir a los agresores que no atacaran el lugar que funcionaba como refugio para familias.
A los rusos no les importó y, el 16 de marzo, bombardearon lo que solía funcionar como un teatro en Mariúpol.
Diez días después, las autoridades reportaron que, antes del bombardeo, 600 personas se ubicaban dentro del inmueble y que la mitad estaban en el refugio subterráneo.
Solo cerca de 300 lograron salir del edificio.
La masacre indignó al mundo, sobre todo al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien señaló a su par ruso, Vladimir Putin, como un “criminal de guerra”.
Masacre de Bucha
A principios de abril, cuando el ejército ruso abandonó Bucha, municipio cercano a Kiev, y la fuerzas occidentales ingresaron, el panorama fue de espanto: “decenas de cuerpos de personas asesinadas en medio de la calle o en los patios traseros de las casas”. Algunos de ellos “tenían los pies y manos atados, lo que parece indicar que fueron ejecutados”.
Según “La Vanguardia”, los rusos habrían matado a “más de 400 personas, incluyendo familias enteras, ancianos y niños”.
El Kremlin negó la autoría -y dijo que todo era un montaje-, pero pronto se mostraron videos en los que se veía a sus fuerzas ejecutando civiles por diversión.
Bombardeo al centro comercial de Kremenchuk
Era un lunes por la tarde en la ciudad de Kremenchuk, Ucrania. Más de mil personas compraban en un centro comercial cuando, de pronto, dos misiles rusos cayeron en el edificio. Fuego y muerte.
Así terminaba el 27 de junio, con bomberos tratando de apagar el fuego (que continuó hasta el día siguiente) y buscando sobrevivientes.
El martes, y según el gobernador de la provincia Dmitri Lunin, se encontraron 18 muertos y 59 heridos.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky sostuvo:
“[El centro comercial] no representaba una amenaza para el Ejército de Rusia. Sin valor estratégico. La gente solamente quería vivir una vida normal, que es lo que causa tanta rabia a los ocupantes”
Y calificó el evento como “el ataque terrorista más descarado de la historia de Europa”.
Cárcel en Olenivka (Donetsk)
El atentado se registró entre ayer jueves y hoy viernes.
“Rusia cometió otro horrendo crimen de guerra al bombardear un centro penitenciario en la región ocupada de Olenivka donde mantenía retenidos a prisioneros de guerra ucranianos”, fue el tuit que escribió el canciller de Ucrania, Dmytro Kuleba.
La versión fue apoyada por el Estado Mayor ucraniano, que sostuvo que era la forma en la que el Kremlin encubría “las torturas de los prisioneros y las ejecuciones que llevaron a cabo allí”.
Rusia negó los cargos. Según ellos, el bombardeo fue orquestado por la misma Ucrania y que se concretó gracias al sistema de artillería Himars que les regaló Estados Unidos.
El saldo: 40 muertos y 130 heridos.