Ha sido testigo de lujo de lo que sucede tras bambalinas en el Palacio de Buckingham, tanto así que, en una ocasión, secó y ordenó la vajilla luego que la misma la lavara. Dickie Arbiter, quien trabajó como secretario de prensa de la monarca, encargado de medios del príncipe Carlos y la princesa Diana y ahora se desempeña como comentarista, nos atiende virtualmente desde su hogar en el . Está dispuesto a hablar sobre la familia real inglesa, los 70 años de la reina en el trono y las polémicas que envuelven a la casa real de Windsor.

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—En tu biografía apuntas que viste la coronación de la reina Isabel II, lo que significa que también viviste la muerte de su padre. ¿Qué recuerdas de eso?

Nací en Londres el 26 de setiembre de 1940, así que tenía casi 12 años cuando Jorge VI murió. Ese día, el 6 de febrero de 1952, estaba en el colegio cuando se supo la noticia, y el director nos mandó a casa porque no le pareció apropiado que nos estuviéramos divirtiendo en la escuela mientras el país se lamentaba. El 15 de febrero tampoco fuimos al colegio porque fue el funeral del rey. Junto a mi mamá fuimos a verlo, fue muy triste.

—Originalmente, ¿qué fue lo que te interesó de familia real?

Supongo que nací en una generación en la que se nos enseñaba la historia inglesa, nuestros reyes y reinas, y creo que la monarquía era parte de nuestras vidas. Nací durante la Segunda Guerra Mundial y hay que tener en cuenta que, sobre todo en tiempos de crisis, los británicos encontramos confort en la familia real. Durante ese tiempo, el rey Jorge y la reina Isabel siempre se dieron cita en los lugares que Alemania bombardeaba, así que creo que nací en una generación que no amaba a la monarquía, sino que la respetaba y la aceptaba como parte de ser británicos.

—Por lo que me dice, podría intuir que la juventud y usted no comparten miradas

La reina va a cumplir 96 años en abril y hay quienes ven en ella una monarca longeva. Su sucesor, el príncipe Carlos, tiene 73 años y, si la reina vive los mismos años que su madre, él no accederá al trono hasta cumplir los 79. Pero también tenemos una generación joven: el príncipe Guillermo y la duquesa de Cambridge Catalina son patronos de la Rugby Football League y de la Rugby Football Union, y se toman muchas fotos con los jugadores disfrutando de los partidos. Ellos pronto tendrán 40 años y son lo suficientemente jóvenes en actitud como para ser el puente entre las generaciones mayores y las más jóvenes.

La reina, el 5 de abril del 2020, durante el primer confinamiento de la pandemia del coronavirus, parafraseó una canción de Vera Lynn, una cantante que se hizo famosa durante la guerra. Ella dijo: “Nuevamente veremos a nuestros amigos, nuevamente veremos a nuestras familias, nuevamente nos encontraremos”. Las personas se relacionan con eso, con la reina tratando de unir a Gran Bretaña en tiempos de crisis.

A ella también la vieron sentada sola en la capilla de San Jorge en el funeral de su esposo. El gobierno había ordenado el distanciamiento social por lo que pocos pudieron asistir a la ceremonia. Esas eran las reglas. Los gobernantes no necesariamente obedecen las reglas, lo hemos visto, pero la reina ciertamente lidera con el ejemplo. Y las personas lo han constatado.

Los británicos disfrutan verla y quieren seguir haciéndolo. Veremos más de ella cuando celebre el jubileo.

—Trabajaste varios años dentro del palacio de Buckingham. ¿Qué es lo más recuerdas de tu experiencia?

Seis semanas después de haber empezado a trabajar, me invitaron a pasar una noche en una de las casas de campo. Cuando llegué, estaba lloviendo y me dijeron que el picnic con la reina sería un lonche adentro de la residencia. Allí estuvimos junto a ella y el príncipe Felipe. Al final de la reunión, la reina fue muy meticulosa en dejar el lugar prístino. Levanté el menaje y fui a la cocina a lavar. En eso, escuché los pasos de alguien acercándose y dije sin mirar: “Yo lavo, tú secas”. Y una voz familiar me contestó: “No, yo lavo, tú secas”. Así que la reina lavó los platos sin utilizar guantes y yo los sequé. Ya había coincidido con la reina en otras ocasiones, en tours reales, en recepciones con los medios, pero está fue la primera vez uno a uno, en su zona de confort, y fue curioso ver a una jefa de Estado, a la jefa de la Commonwealth, ser completamente normal y hacer lo que se debía hacer.

También recuerdo a Carlos y a Diana. Cuando empecé a trabajar, me pidieron que me encargara de ellos. Entonces el matrimonio ya estaba tambaleando: yo entré en 1988, y a finales del 92, se separaron. También recuerdo que Diana me organizó una fiesta por mi cumpleaños. No tenía que hacerlo y creo que era la primera vez que tomaba una decisión así, pero me permitió tener 20 invitados. Hubo una recepción con champaña en uno de los cuartos, tuvimos globos de helio, ‘party poppers’, una buena cena y un pastel con forma de esos teléfonos antiguos del tamaño de un ladrillo. En la torta habían escrito: “Nunca estás solo cuando Dickie tiene su teléfono”.

También tuve varias comisiones con el príncipe de Gales, Carlos. Sobre todo, lo acompañé en las actividades caritativas de. En esa época, el fondo organizaba un campamento e invitaba a 60, 70 jóvenes sin casa, sin trabajo, delincuentes, quienes llegaban el lunes sin entender qué hacían allí y, al final de la semana, ya trabajaban en equipo. El príncipe llegaba el viernes y ellos se reunían alrededor suyo como abejas a la miel. En una ocasión, se dio cita Phil Collins con su batería. Los jóvenes le pidieron a Carlos que tocara. Él lo intentó sin mucho éxito y a los jóvenes les encantó. En otra ocasión, el boxeador británico Frank Bruno se dio cita y él hizo de ‘sparring’. Esa era el espíritu. Los jóvenes lo querían porque los ayudaba a reintegrarse a la sociedad.

Con el Prince’s Trust también dio la mano a emprendedores que no podían conseguir créditos bancarios. En el 98% de los casos, los préstamos eran un éxito y esos chicos devolvían el dinero para ayudar a otros como ellos. Ese fondo manejaba más o menos como 100 millones de libras gracias a las donaciones. Algunos dirán que ese es el trabajo del gobierno, pero la verdad es que el gobierno no puede hacer todo. Para eso están las caridades.

Dickie Arbiter con algunos miembros de la familia real inglesa. (Fuente: www.dickiearbiter.co.uk)
Dickie Arbiter con algunos miembros de la familia real inglesa. (Fuente: www.dickiearbiter.co.uk)

—Debes haber tenido mucha suerte para que todos tus recuerdos sean buenos...

No soy de las personas que se estresan. Mi filosofía de vida es no hacerme problemas por las tonterías de la gente. Todos mis recuerdos son buenos, aunque sí, tuvimos tiempos complicados, pero lidias con ellos y sigues con tu vida. Me gusta pensar que mi tiempo allí fue bastante bueno. Sí, hubo altas y bajas, pero más de las altas.

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—¿Esperabas que la reina sancionara con tanta contundencia a su hijo Andrés?

Absolutamente. El deber de la reina como jefa de Estado es proteger a la monarquía, a la institución, y si hay que mantener a los individuos que hacen bien y retirar a los que no, que así sea. Después de la entrevista de noviembre del 2019 [a la BBC], Andrés fue despedido inmediatamente de todos sus trabajos para la corona. No se puede tener a alguien así actuando en nombre de la institución. No se puede traer cuestionamientos a la monarquía. Y si eso pasa, entonces estás afuera. Lo mismo sucedió, recientemente, con los títulos militares que también le fueron despojados.

Después de que explotara el caso de Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell y Virginia Giuffre, ya no hay vuelta para él, sin importar si es culpable o inocente. En todo caso, si es culpable de algo es de mantener ese tipo de amistades. Sobre lo otro, lo decidirá la corte. Mientras tanto, la monarquía tiene limpia su propia casa: su reputación es más importante que la de los individuos.

—Los exduques de Sussex también causaron revuelo por sus declaraciones. ¿Consideras que sus quejas tenían asidero en la realidad?

No. Podríamos revisar sus quejas en orden.

Él dijo que había sido dejado de lado, pero no fue así. Cuando se fue, recibió una gran suma de dinero de su padre. Hay que dejar en claro que todo el tiempo que trabajó para la familia real, así como su hermano Guillermo, recibió 2.5 millones de libras para llevar a cabo sus deberes oficiales. El dinero no era para gastar en lo que quisieran. Al decidir irse y ser económicamente independiente, ya no podía acceder a ese dinero.

Las acusaciones de racismo son totalmente injustificadas. Meghan, en su entrevista con Oprah, dijo que hubo cierta preocupación por el color de la piel de su hijo cuando estaba embarazada. Diez minutos después, Harry entró a la entrevista y dijo que ese tema se tocó antes de que se casaran. Entonces, ¿cuándo pasó?

También se equivocan al hablar sobre su seguridad personal. Ellos decidieron dejar el Reino Unido, alejarse de la familia real, así que ya no le correspondía la protección pagada por los contribuyentes. Cuando el duque de Windsor abdicó, tampoco la tuvo. Si la quieres, la pagas de tu bolsillo.

Que el hijo no tuviera un título nobiliario también fue otra queja. Pero a Archie no le corresponde. Eso lo dictó George V a inicios de la década de 1920: solo a los hijos de los herederos al trono les corresponden un título, y como Harry no es heredero, a Archie no le corresponde. Pero cuando Carlos se convierta en rey, Archie entonces se convertirá en un príncipe, porque es el nieto del soberano.

Meghan también dijo que se había casado en la capilla de San Jorge dos días antes de la ceremonia que todos vimos. ¿Sí? ¿Quién los casó? Ellos dicen que lo hizo el arzobispo de Canterbury. Quizás tuvieron una reunión con él, pero es imposible que se casaran en ese momento porque hubiera sido en contra de la ley. Sería ilegal porque solo hubo tres personas presentes, sin testigos. También dijo que se habían casado en el patio trasero, ¿a qué se refería? El castillo de Windsor no tiene uno. Tiene cientos de acres, pero no un patio trasero.

Hay muchas discrepancias en lo que dijeron. Y lo que fue más decepcionante de esa entrevista es que Oprah nunca cuestionó nada. Al final del día, mintieron.

La reina Isabel II revisa los recuerdos de los jubileos de oro y platino en el Oak Room del castillo de Windsor. Hoy, 4 de febrero del 2022. REUTERS
La reina Isabel II revisa los recuerdos de los jubileos de oro y platino en el Oak Room del castillo de Windsor. Hoy, 4 de febrero del 2022. REUTERS
/ POOL

—¿Qué esperas del jubileo que se llevará a cabo en junio?

Será una gran celebración, al igual que lo fue el jubileo de oro, diamante y zafiro. En cada ocasión hubo algo diferente, con muchas personas reuniéndose al frente del palacio de Buckingham, cerca de un millón dándose cita para la gran ocasión. El jubileo de platino marca los 70 años de la reina Isabel II en el trono, algo que es poco probable que repita hasta dentro de un buen tiempo. Podría volver a suceder en el siglo XXII, en el XXIII, pero en el XXI es imposible.

El jueves 2 de junio, fecha que coincide con el aniversario 69 de la coronación de la reina en la Abadía de Westminster, se llevará a cabo lo que se conoce como Trooping the Colour, una celebración a cargo de los guardianes de la reina -esos que tienen los sombreros grandes- que también es conocida como The Queen’s Birthday Parade. Las personas podrán sacar tickets para verlo de cerca, pero también habrá espacio para el resto en el palacio de Buckingham. En todos los jubileos también hay balizas en las ciudades más importantes del reino, una forma de recordar el mecanismo tradicional con el que se enviaban mensajes en tiempos de crisis, de guerra. En esta ocasión, habrán balizas en todas las capitales de la Commonwealth y la reina será quien prenda la primera, ubicada en Windsor.

El viernes solo habrá un evento: el servicio de acción de gracias en la Catedral de San Pedro, algo así como una reunión para dos mil invitados, entre representantes de iglesias, gobiernos y gente que ha trabajado para la reina. El sábado habrá una fiesta y un gran concierto en el palacio de Buckingham, aunque todavía no se sabe si será en los exteriores o adentro.

El domingo se llevará a cabo el Jubilee Lunch. Tradicionalmente, para celebrar, por ejemplo, el fin de una guerra, las personas organizaban fiestas, sacaban las mesas a la calle y se sentaban a comer, a tomar el té, hay pasteles, panes, etc. Es un día alegre. En el jubileo de oro hubo cerca de cuatro mil reuniones de este tipo en el Reino Unido. Ya veremos si este año se llega a esa misma cifra, pero dependerá de las autoridades locales.

También habrá un desfile, en el que estarán involucradas organizaciones de caridad, autoridades locales y de la Commonwealth.

Esto pasará durante cuatro días y se espera que lleve a muchas personas a Londres, quizás muchos turistas de otros países. La reina estará en esos eventos si la salud se lo permite. Está saludable, pero para ese momento tendrá 96 años. A ella le gustaría ir a la mayor cantidad de actividades que pueda y visitar ciudades en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, las naciones que hacen el Reino Unido, pero dependerá de otros factores. Hay que recordar que, cuando regresó de vacaciones en octubre, asistió a once compromisos en dos semanas, lo que para alguien de su edad debe ser complicado. Luego ha estado fuera de los reflectores, aunque la hemos viso en audiencias de Zoom, pero no en la calle.

—¿Cómo crees que ella será recordada dentro de cien años?

Como alguien que puso el deber antes de cualquier otra cosa. Cuando cumplió 21, en abril de 1947, dio un discurso conmovedor. La parafraseo: “Declaro, ante ustedes, que toda mi vida, sea larga o corta, la dedicaré a ustedes y a la familia imperial”. Ya no tenemos familia imperial, sino a la familia de la Commonwealth, pero ella está muy sintonizada con ese trabajo. Será recordada por el deber, por su pragmatismo, por unir al país, por unir a la Commonwealth. Todas esas son cualidades raras en una persona.

Solo hubo una vez en los 70 años de reinado que puso a la familia primero. Fue cuando murió la princesa Diana. Mientras los periódicos le exigían regresar a Londres, ella se quedó con sus nietos, Guillermo, de 15, Harry, de 12, quienes necesitaban a la reina, al príncipe Felipe y a su papá, el príncipe Carlos, para superar esa semana.

Las personas me suelen preguntar cómo ella celebra los aniversarios del inicio de su reinado. Bueno, ella no celebra los 6 de febrero porque es la fecha de la muerte de su papá. Este 6 en particular, ella seguramente pensará en los dos hombres más importantes de su vida, los dos hombres que ha amado, su papá y su esposo, quien murió en el 2021. Será un día especial que pasará en solitario, en contemplación. Ella irá a la iglesia, tomará la comunión y, al día siguiente, estará lista para el trabajo.

—Sin embargo, hay quienes critican que las monarquías viven de espaldas a un mundo que se muere de hambre. ¿Qué tendría que decir al respecto?

Basura. Basura absoluta. La familia real inglesa está muy en sintonía con la realidad, con lo que sucede en el Reino Unido, con lo que sucede en la Commonwealth. La reina recibe muchísimas cartas de personas que tienen problemas financieros, sociales, y ella actúa como un catalizador. Ella no puede ocuparse de los casos personalmente, pero sí puede hacer que esas cartas lleguen a los responsables indicados, y de hacerles un seguimiento para ver si se hizo algo al respecto.

Decir que el príncipe Carlos no está en sintonía es un sinsentido. Hay que pensar en cómo The Prince’s Trust ha ayudado a miles de jóvenes a reintegrarse a la sociedad. Mira a Diana, quien en la primera parte de 1997 fue a Angola para llamar la atención sobre las minas personales. Se sabía que era un problema, pero no había dinero para solucionarlo. Ella hizo que se hablara del tema solo por estar ahí y, consecuentemente, se liberaron zonas, zonas en las que ella misma caminó.

Quienes dicen que viven de espaldas a la realidad suelen ser personas que tienen una agenda republicana, o son completos ignorantes. Camina por las calles del reino Unido o de la Commonwealth y pregunta qué opinan sobre la familia real. No será negativo.

Dickie Arbiter en plena entrevista. (Fuente: www.dickiearbiter.co.uk)
Dickie Arbiter en plena entrevista. (Fuente: www.dickiearbiter.co.uk)

—¿Cómo se imagina que serán las monarquías dentro de cien años? ¿Habrán cambiado?

Miremos a las monarquías que existen en la actualidad. La del Reino Unido tiene mil años y ha evolucionado. La de Bélgica es relativamente nueva, se estableció después de la Primera Guerra Mundial. La española regresó luego de la muerte de Franco y sí, tuvieron un problema con Juan Carlos, pero se deshicieron de él y quedó Felipe, quien parece estar haciendo un buen trabajo.

También está la monarquía de los Países Bajos, que es muy popular. Allí el soberano suele ser jefe de Estado por cerca de 30 años, quizás un poco más. Cuando yo nací, la reina era Guillermina, quien luego de 30 años abdicó y su hija tomó el trono. La reina Juliana hizo el trabajo por un tiempo similar y se lo dejó a su hija, Beatriz. Esta abdicó hace poco y el rey ahora es Guillermo Alejandro. Él probablemente reinará por tres décadas hasta que sus hijos tomen la posta. Su sistema es que el monarca nunca muera en el trabajo, sino que pase el poder a los jóvenes.

Suecia tiene un rey longevo, Carlos XVI Gustavo, al igual que Noruega, Harald V, aunque las monarquías son populares en Escandinavia. La reina Margarita de Dinamarca acaba de celebrar su jubileo de oro.

A lo que voy es que las monarquías son bastante populares en los países donde existen. En el caso del Reino Unido, es igual. En todo caso, ¿cuál es la alternativa? Un jefe de Estado ejecutivo. Pero hemos visto lo que pasa en otros países, que los líderes cambian cada cuatro años y, si tienen suerte, logran otro término, pero luego cambian. No hay continuidad. En cambio, con una monarquía constitucional los gobiernos cambian, pero el jefe de Estado no. El país es reconocido no por el gobierno, sino por su jefe de Estado.

Cuando la familia real viaja a otros países no es porque quiera, sino porque la institución considera que tiene que izar la bandera del Reino Unido en esos lugares, para ser, por ejemplo, catalizador entre los hombres de negocios británicos y los del país que visita. No son vacaciones, es trabajo. Además, las monarquías no tienen afiliaciones políticas, son completamente neutrales en esos temas. Eso se lo dejan a los políticos, que cambian cada vez que hay elecciones.

—El príncipe Carlos ha dicho que piensa reducir la monarquía. ¿Es un medida necesaria o fue, más bien, un comentario populista?

En el pasado hubo críticas que apuntaban a que eran muchos los miembros de la familia real. Observemos. Hay quienes están envejeciendo, en sus 80 o 70, como el duque de Gloucester, quienes eventualmente desaparecerán. Es decir, la familia se está reduciendo por cuenta propia. Ahí están Harry y Meghan, quienes se fueron a Estados Unidos, o el mismo Andrés, así que ha perdido tres. Quedan siete, una cifra que funciona porque eventualmente el príncipe Carlos será rey, Camila reina. Luego tienes a Guillermo y a Catalina, Eduardo y Sofía, y Ana.

Lo que algunas personas pareen no entender es que la monarquía no cuesta mucho dinero. La reina paga de su propio bolsillo por la princesa Ana, Eduardo y Sofía, Andrés, por el duque de Gloucester. Ellos no les cuestan a los contribuyentes. Mientras que el dinero del príncipe Carlos sale de los ingresos del Ducado de Cornualles.

Los ingleses sacan buenas rentas por tener una monarquía. Cada contribuyente paga cerca de un dólar estadounidense. No está mal, ¿no? El resto del dinero viene del Sovereign Grant, algo así como 45 millones de libras. Suena que es mucho dinero, pero de ahí sale el pago de la oficina de la reina, el mantenimiento del palacio de Buckingham, el castillo de Windsor, el palacio de Kensington, viejos edificios que necesitan de mucha inversión. También de allí se pagan los viajes reales, así que no hay mucho restante al final del día.

Según los estándares modernos, la monarquía no es cara. Su trabajo sirve tanto como para promocionar al Reino Unido y la Commonwealth, para representar al pueblo, como catalizador en tiempos de crisis y celebración.

Regresando a la pregunta: en el siglo XXII todavía seguiremos hablando de la familia real, todavía estará allí. A menos que haya una gran crisis, una guerra entre Rusia y el resto del mundo, pero no veo que eso vaya a pasar. La familia real ha sobrevivido mil años y lo seguirá haciendo. La sucesión está asegurada con los príncipes Carlos, Guillermo y Jorge.

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