Sao Paulo (Reuters). Una huelga de empleados del metro de Sao Paulo dejó el viernes a millones de personas a pie y causó un infierno de tráfico en la mayor ciudad de América Latina a menos de una semana del inicio del Mundial.
La falta del metro usado diariamente por más de 4 millones de personas en Sao Paulo hizo que muchos sacaran el viernes sus autos a la calle, provocando 239 kilómetros de embotellamientos, uno de los peores en la historia de la ciudad con problemas crónicos de tráfico.
La policía usó bombas lacrimógenas para dispersar a un grupo de huelguistas que intentaban impedir la apertura de una estación en el centro de la ciudad.
Cientos de personas abarrotaban los andenes de la nueva estación junto al estadio Arena Corinthians, donde Brasil y Croacia abrirán el 12 de junio el Mundial.
La huelga en el metro, que comenzó el jueves, refuerza el clima de descontento popular debido a los astronómicos gastos para el Mundial en un país que carece de educación, salud y transporte públicos de calidad.
Varios sindicatos brasileños están aprovechando la cercanía del torneo para presionar al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y las administraciones locales por aumentos salariales.
Y la cosa podría haber sido peor. Las autoridades lograron desactivar a último minuto una protesta del Movimiento de los Trabajadores sin Techo, que amenazaba con bloquear en la tarde del viernes el acceso al estadio donde Brasil enfrentará a Serbia en su último amistoso antes del Mundial.