Brasil llega a la primera vuelta de las elecciones totalmente polarizado y deberá decidir entre el ultraderechista, Jair Bolsonaro, y el izquierdista y reemplazo de Lula da Silva, Fernando Haddad.
Para Oliver Stuenkel, politólogo de la Fundación Getúlio Vargas, estas elecciones han dividido a la sociedad y se han convertido en una oportunidad perdida para discutir sobre el futuro del país.
—El nivel de rechazo contra Haddad subió de manera importante la última semana. ¿A qué lo atribuye?
Haddad ya está siendo reconocido como el candidato del PT. Pero sobre todo esto se debe a las alas más radicales del partido. Hay dirigentes del PT que en los últimos días han defendido el régimen de Maduro o incluso han hablado de la posibilidad de indultar a Lula y liberarlo. Hay mucha preocupación de que Haddad, que es más moderado, no pueda controlar a su propio partido si logra ganar.
—De ser así, esto facilitaría la victoria de Bolsonaro en una eventual segunda vuelta…
Es un escenario sin precedentes. Ahora ningún candidato de centro va a llegar a la segunda vuelta porque es una elección muy polarizada y hay una tendencia de que los radicales ganen los votos. Me parece que Haddad sí va a buscar el centro, pero tiene que encontrar una manera de controlar a los más radicales. Básicamente, esta elección es un plebiscito sobre el PT.
Por eso, creo que la estrategia de Haddad debe centrarse en la segunda vuelta en tres cosas: atacar a Bolsonaro y decir que es una amenaza a la democracia; que él es más moderado que su partido pero no decirlo de manera explícita; y mostrar que sabe controlar al PT y que está comprometido con un proyecto de conciliación.
—¿El mercado prefiere la victoria de Bolsonaro?
Los inversionistas en su mayoría prefieren a Bolsonaro. Y él fue muy inteligente en escoger a una persona como el liberal Paulo Guedes como su asesor económico. Sin embargo, Bolsonaro no es un liberal y eso podría generar decepción. Además, cualquier candidato que salga no va a tener mayoría en el Congreso, y él no tiene capacidad para negociar alianzas.
—¿Considera que estas elecciones son de las más difíciles para los brasileños?
Es una situación muy difícil porque para mucha gente son dos opciones poco atractivas. Lo que va a movilizar a la gente es el miedo. Muchos de los que van a votar por Haddad detestan a Bolsonaro y tienen miedo que gobierne, y la gente que va a votar por Bolsonaro tiene miedo que regrese el PT.
Las personas votan contra algo, y no a favor de algo y esto es poco saludable para la democracia. Hay discusiones muy fuertes entre familias, amigos, colegas, cada vez más hay una división en la sociedad. Lamentablemente estamos perdiendo la oportunidad de discutir sobre el país que queremos para nuestro futuro. En este sentido es una gran oportunidad perdida.