Chapecoense: El niño que llevó una sonrisa al sentido homenaje
Chapecoense: El niño que llevó una sonrisa al sentido homenaje

En toda tragedia hay un símbolo de esperanza y el accidente aéreo del Chapecoense no fue la excepción porque Carlos Miguel, la mascota del club de apenas 5 años fue durante toda la semana la expresión de futuro en un contexto de presente sombrío.

Durante los homenajes a las 51 víctimas del plantel de Atlético Chapecoense, el Indiozinho Condá, como se lo conoce en el club fue el encargado de brindarle una sonrisa a una jornada gobernada por la angustia.

Acompañado por sus padres ingresó al estadio Arena Condá y representó el resurgir de este club brasileño con 43 años de historia. Mascota del plantel desde 2014, siempre ingresa con el equipo, y en una jornada como la de ayer fue uno de los encargados de la suelta de globos verdes al cielo.

"Es un día muy triste y veo mucha gente llorando"; dijo el pequeño que el martes había dejado en las retinas de los hinchas de Chapecoense de Brasil una de las imágenes más tristes cuando angustiado y entre lágrimas se abrazó a su papá Alessandro y pedía por la vuelta de sus ídolos.

Carlos Miguel o Carlinhos va al estadio desde los dos años y en 2014 se transformó en una celebridad después de una goleada ante Inter de Porto Alegre, cuando su imagen apareció en la cuenta oficial de Instagram de la FIFA.

Desde ese momento, y cada vez que el 'Verde' actuaba de local Danilo o Cleber Santana lo buscaban para ingresar al estadio. Tanto es así que las dos familias saludaron con mucho cariño al niño que, desde el lunes recibe asistencia psicológica al igual que su padre Alessandro, fundador en 1995 de la Raça Verde, una de las hinchadas oficiales del club.

Antes de empezar los actos protocolares, en el vestuario del Chapecoense de Brasil, Carlos Miguel le pegaba a una pelota, esa misma que le había regalado el ex presidente del club, Sandro Pallaoro, muerto en el accidente aéreo, y que lo acompaña cada noche para irse a dormir.

Muy amigo de Lorenzo, hijo del fallecido arquero Danilo, el Indiozinho Condá representa el futuro de un club que no puede pensarse más allá de hoy.

"¿Vamos a hacer un nuevo Chape?", cuenta Alessandro que le preguntó el jueves su hijo. Una pregunta llena de inocencia pero que será el motor de la refundación que comenzó con su sonrisa en el estadio Arena Condá, su segundo hogar.

 

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Fuente: La Nación, GDA

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