Jonathan Camilo Castillo Galindo, de 9 años, salió de su casa el viernes 13 de mayo a hacer un mandado muy cerca de su vivienda en el barrio San Joaquín, de la localidad de Ciudad Bolívar, en Colombia, pero nunca regresó.
Sus familiares no pensaron que podría correr algún tipo de peligro. Lo cierto es que, a partir de ese día, no se supo nada más sobre su paradero. Estuvo 50 horas desaparecido.
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Ahí comenzó una búsqueda por parte de sus familiares, quienes recorrieron todos los rincones del barrio, hospitales y hasta estaciones de policía, pero recién en la tarde del domingo 15 de mayo hallaron rastros de su paradero. El Cuerpo Oficial de Bomberos de Bogotá encontró, muy cerca de un lago, ropa del menor con rastros de sangre. Dos horas después, el cuerpo sin vida con signos de violencia estaba muy cerca de una ladrillera.
La familia de la víctima les pide a las autoridades celeridad en la investigación, pues aseguran que el menor no tenía problemas en la comunidad, no formaba parte de pandillas y que, en cambio, era un niño muy sano que no salía a la calle. “Lo más duro es que, al parecer, el niño intentó defenderse, eso nos lo dice la forma en la que fue encontrado el cuerpo”, sostiene la familia.
La madre del menor está devastada. Jonathan Camilo era un niño feliz que, a pesar de la separación de sus padres y de que recientemente se había trasladado de la localidad de Usme a la de Ciudad Bolívar, se había acoplado muy bien a su nueva realidad. Lo recuerdan siempre con una sonrisa.
Ella teme que el niño haya sido llevado por gente del barrio hacia la zona del lago con la intención de engañarlo. “Tengo un dolor muy grande. Él era sano, juicioso, no se metía con nadie. Estamos destrozados. No nos han entregado el Cuerpo de Medicina Legal ni su dictamen, pero esperamos que eso pase pronto”, dijo la madre en medio del llanto.