Su padre se postuló cinco veces sin éxito. Él lo ha conseguido a la primera.
El político y empresario Daniel Noboa Azín, de la coalición Acción Democrática Nacional, será el próximo presidente de Ecuador tras derrotar a Luisa González, de Revolución Ciudadana.
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Noboa obtuvo el 52,3% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones anticipadas, mientras la aspirante del partido del expresidente Rafael Correa sumó el 47,7%.
Con solo 35 años, será el presidente más joven de la historia de Ecuador. Su esposa y madre de su segundo hijo, la modelo e influencer de 25 años Lavinia Valbonesi, será la primera dama.
Su mandato comenzará en diciembre en fecha por confirmar y se prolongará sólo hasta mayo de 2025, hasta completar el mandato de Guillermo Lasso, que disolvió la Asamblea Nacional y convocó elecciones anticipadas en medio de un juicio político por presunta corrupción.
Te contamos quién es el nuevo presidente electo de Ecuador, cuáles son sus propuestas y los principales retos que enfrenta.
El imperio familiar
Daniel Noboa pertenece a la tercera generación de una familia de empresarios multimillonarios de Guayaquil.
Su abuelo, Luis Noboa Naranjo (1916-1994), fundó la Exportadora Bananera Noboa y llegó a ser considerado el hombre más rico de Ecuador.
El padre de Daniel, Álvaro Noboa Pontón (Guayaquil, 1950), expandió el negocio familiar más allá del banano hasta controlar un entramado multinacional de empresas bajo la insignia del Grupo Noboa.
El éxito económico del clan se ha visto empañado en varias ocasiones por acusaciones de evasión de impuestos y explotación laboral.
BBC Mundo contactó a representantes de la familia pero no obtuvo respuesta hasta el momento de la publicación de este artículo.
Álvaro Noboa fue el primero en dar el salto a la política, algo común entre las familias con poder económico en Ecuador y en especial en Guayaquil, capital comercial del país.
Su aspiración de alcanzar la presidencia, sin embargo, fue en vano. Álvaro Noboa es el candidato que más veces lo ha intentado, cinco en total, y sin éxito. En las elecciones de 2006 estuvo cerca: perdió en la segunda vuelta contra Rafael Correa, que luego lideró el país hasta 2017.
“Álvaro Noboa generaba rechazo porque era una representación clara de la plutocracia y de la burocracia más excluyente”, explica a BBC Mundo el periodista ecuatoriano Diego Cazar Baquero, director de la revista independiente La Barra Espaciadora.
A medida que su padre abandonaba el sueño de presidir el país, Daniel Noboa estudiaba en prestigiosas universidades de Estados Unidos para tomar el relevo.
Completó los grados de Administración de Negocios en la Universidad de Nueva York, Administración Pública en Harvard Kennedy School, así como una maestría de Gobernanza y Comunicación Política en la Universidad George Washington.
Pero Noboa, que con solo 18 años había fundado una empresa de organización de eventos llamada DNA Entertainment Group, dio el salto de la empresa a la política recientemente: debutó como asambleísta en 2021 y llegó a presidir la Comisión de Desarrollo Económico.
Tras la disolución del parlamento con la activación de la muerte cruzada (disolución de la Asamblea) por parte del presidente Lasso el pasado mayo, se presentó como precandidato por ADN (una coalición de tres movimientos) con un perfil diferenciado del de su padre.
“Daniel marca cierta distancia con Álvaro a nivel simbólico, a nivel discursivo y a nivel de lo práctico que necesita en este momento el país”, explica Cazar Baquero.
Por ejemplo, mientras su padre se encasillaba en la derecha política, Daniel asegura ser de centro-izquierda, con ideas progresistas en lo social, como el apoyo a la comunidad LGTB y un marcado énfasis en la educación.
Para el politólogo Roberto Calderón, esto respondió a una “estrategia de marketing político” que resultó exitosa a la vista de los resultados de este domingo.
“Él se califica de centro-izquierda por la baja popularidad del gobierno de Guillermo Lasso, ya que sabe que la etiqueta de derecha podría relacionarlo con un continuismo de ese ejecutivo” que es tan impopular, según las encuestas.
Sus críticos aseguran que la que será su vicepresidenta, Verónica Abad, tiene una marcada orientación de derecha.
Otra diferencia que destacan los analistas es que Daniel desarrolló una oratoria superior a la de su padre y fue capaz de hacer calar sus ideas entre el electorado.
De hecho, el salto más importante en su corta carrera a la presidencia tuvo lugar en el debate previo a la primera vuelta de las elecciones.
De casi descartado a favorito
A pocos días de la primera vuelta celebrada el 20 de agosto, nadie creía que Noboa tuviera posibilidades reales de pasar a segunda ronda.
Hasta que llegó el debate decisivo, donde confrontó ideas con Luisa González y otros candidatos que partían como favoritos.
“Tuvo la oportunidad en pocos minutos de mostrar su conocimiento de ciertos datos determinantes sobre la actualidad del país y eso le hizo verse como un tipo muy formado y preparado para acceder a la presidencia”, asegura el periodista Cazar Baquero.
Por su parte, el politólogo Roberto Calderón indica que “su participación en el debate dio una fuerte trascendencia a su imagen y logró posicionarse como la alternativa al correísmo”, representado por González, a la que derrotó este domingo.
Sin embargo, destacan ambos analistas, no sería correcto calificar a Noboa como un anticorreísta, sino más bien como un político hábil que ha mostrado posiciones moderadas y pragmáticas, absteniéndose de lanzar ataques frontales a sus rivales en debates y discursos.
“Su practicidad en el discurso y alejarse de la polarización correísmo-anticorreísmo le ha servido muchísimo. Esto revela que el electorado quiere escapar de la polarización, de la inseguridad, de la violencia de todos los días y apuntar a soluciones sumamente prácticas e inmediatas”, afirma Cazar Baquero.
Ya en la segunda vuelta, Noboa se situaba como favorito en todas las encuestas frente a González.
Esto también se atribuye en gran parte a los propios límites de Revolución Ciudadana, cuyos líderes nunca recuperaron la popularidad de los tiempos de la presidencia de Rafael Correa.
“Desde 2013, que es cuando se marca un cisma histórico en el correísmo, este nunca ha superado su techo; y esto se ha confirmado con Luisa González, a la que además muchos no consideraban la mejor candidata”, explica el director de La Barra Espaciadora.
Sus propuestas
Para ganar Noboa parece que logró conectar con el electorado joven, que ve con buenos ojos una alternativa política nueva con propuestas originales para solucionar los múltiples problemas de Ecuador.
“Apuntó a un electorado muy joven que necesita trabajo; planteó que el sector privado es el que genera empleo y hay que fortalecerlo mediante exenciones tributarias; y acomodó esta propuesta a su posición de centro-izquierda al decir que se beneficiarán las empresas con responsabilidad social”, expone Cazar Baquero.
"Tenemos un plan ambicioso de eliminar la desocupación juvenil, así como impulsar la generación de empleo. Por ejemplo, el IVA diferenciado para materiales de construcción, el incentivo a la inversión en construcción, la obra pública abandonada en este país los últimos dos años. Todo eso, en conjunto, puede generar empleo muy rápido", dijo Noboa en una reciente entrevista con el medio ecuatoriano Primicias.
La creación de puestos de trabajo es uno de los dos ejes principales del programa de Noboa. El otro es la lucha contra el crimen, para la que prometió "mano dura" y "devolver la paz a las familias".
Ecuador vive una de las mayores crisis de seguridad de su historia y se ha convertido en uno de los países más violentos de América Latina, con 3.500 homicidios solo en los primeros siete meses de este año, según datos de la policía.
Bandas criminales como los Choneros, los Lobos, los Tiguerones o la mafia balcánica controlan barrios enteros y cárceles, desde donde dirigen sus actividades ilícitas ante la impotencia -y muchas veces con la complicidad- de las autoridades.
"Se deben impulsar reformas profundas en las cárceles y tener un programa de segmentación adecuado, en el cual al 17%, que es el más violento, tenerlo totalmente aislado", declaró Noboa en su entrevista con Primicias.
El joven político, que usó chaleco antibalas durante la campaña tras el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, planteó como su propuesta más novedosa instalar cárceles flotantes en barcazas para internar a delincuentes peligrosos lejos de la costa e impedir que sigan operando desde prisión, tal y como sucede ahora.
"Las cárceles barcazas serían una medida transitoria para ubicar a los delincuentes más peligrosos, mientras reestructuramos todo el sistema carcelario, pero no los podemos tener como en un hotel cinco estrellas. Tienen enchufes, aires acondicionados, pantallas, hay suits en las cárceles", afirmó.
Esta iniciativa, sin embargo, ha generado dudas. “Es muy difícil llevarla a cabo, porque fabricar las barcazas tomaría más del año y medio de su presidencia, la logística es complicada y además el régimen jurídico ecuatoriano no contempla el aislamiento como pena para los reos”, indica el analista Calderón.
Otras propuestas de Noboa contra el crimen son penalizar el consumo de drogas a pequeña escala, crear un sistema de jurados para delitos graves e invertir en avances tecnológicos, como drones y radares, para neutralizar a la delincuencia organizada en vías y fronteras.
En el plano económico, se posicionó a favor de mantener la dolarización y prometió atraer a empresas estadounidenses al país.
Una de sus propuestas más polémicas es eliminar el impuesto a la salida de capitales, algo que sus críticos cuestionan al considerar que solo beneficiaría a los grandes corporaciones y, en específico, al conglomerado empresarial de su familia.
En su campaña, Daniel Noboa también dio especial énfasis a la idea de potenciar la educación, con un aumento de la inversión en el sector formativo, políticas de incentivos a escuelas y universidades, y programas para vincular el ámbito educativo con el productivo.
El reto de ganarse a la Asamblea
Si algo tienen claro todos los analistas es que Noboa no tendrá fácil sacar adelante sus propuestas.
Para lograrlo necesitará apoyos que le permitan mayorías puntuales en la Asamblea Nacional, un órgano de 137 miembros muy fragmentado donde sus rivales de Revolución Ciudadana acaparan el mayor número de escaños, aunque lejos de la mitad que les otorgaría capacidad de veto.
“Va a tener que buscar alianzas y ahí entra en juego el reparto de ministerios o instituciones públicas a aliados políticos para obtener votos en la Asamblea. Habrá quienes reciban algún tipo de prebenda, que se sumarán a los aliados naturales del presidente por su tendencia política”, opina el politólogo Calderón.
Por su parte, Cazar Baquero cree que “es interesante ver cómo Noboa plantea la relación que va a tener con una Asamblea que viene de un desprestigio grandísimo, que se ha caracterizado por entorpecer el trabajo del gobierno, y de la cual él fue parte”.
El pronóstico del periodista es que Noboa “va a legislar negociando únicamente con los articulados de ley y va a presentar proyectos de ley urgentes cada mes para presionar a la Asamblea y que esta no tenga que atender cuestiones secundarias”.
Esto confirmaría, asegura, que el nuevo presidente es plenamente consciente de que solo cuenta con un año y medio para asumir el difícil reto de solucionar los múltiples y cada vez más graves problemas políticos, económicos y sobre todo de seguridad que padece Ecuador.
En todo caso, espera prorrogar su mandato. “Si ganamos, buscaré la reelección en 2025″, confirmó días antes de los comicios.