Poco después de que este domingo se confirmara la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil frente a Jair Bolsonaro, grupos de camioneros bolsonaristas y otros simpatizantes del actual mandatario comenzaron a cerrar carreteras.
Hasta la noche de este lunes, se habían registrado 342 protestas -con bloqueos parciales o totales- en los 26 estados del país, reportó la Policía Federal de Carreteras (PRF, por sus siglas en portugués).
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Los estados con más bloqueos son Santa Catarina (48), Rio Grande do Sul (43) y Mato Grosso do Sul (42).
Las autoridades han comenzado a tomar acciones, luego de que las protestas de los transportistas interrumpieran el tránsito durante más de 12 horas en algunas zonas del país.
Reestableciendo la normalidad
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, ordenó el lunes a la policía que comenzara a levantar los bloqueos de las carreteras y demás vías públicas.
La instrucción la giró el funcionario en respuesta a una demanda presentada por la Confederación Nacional de Transportes (CNT), en la cual advirtió que la Constitución ciertamente reconoce el derecho a la protesta, pero advirtió que el mismo no puede ejercerse “de forma abusiva y amenazando la protección de los derechos y libertades de los demás”.
De Moraes dejó en claro que si a partir de la medianoche de este martes los camioneros no cumplían sus instrucciones entonces serán multados con 100.000 reales por hora (US$ 19.305).
Pero el juez no solo tomó medidas contra los manifestantes, sino también contra la policía. Así tras asegurar que hubo “omisión e inercia” por parte de la PRF el presidente del TSE amenazó con imponerle también una multa de 100.000 reales al director del organismo, Silvinei Vasques, y con destituirlo en caso de que no cumpla su orden.
“La posición del presidente determinará el rumbo de las protestas”
Janderson Maçanero, un camionero de Itajaí (Santa Catarina) que participa en las protestas, dice que en su ciudad apenas 20% de los manifestantes son camioneros y que el resto son ciudadanos de diferentes profesiones.
Lo que está planteado, la no aceptación del nuevo presidente, es distinto del objetivo de otras protestas en las que participó el camionero, como en 2014, cuando se hizo un paro para reclamar una baja en los precios de los combustibles, y en 2019, cuando exigían la contratación directa de los camioneros sin intermediarios.
También asegura que las protestas no tienen un liderazgo directo ni un reclamo específico.
Algunos, por ejemplo, defienden un golpe de Estado militar -que dice que no es su caso-, pero todos tienen en común el rechazo a Lula y la no aceptación de la victoria del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones.
“Es la posición del presidente la que va a determinar el rumbo de las protestas. Estamos esperando que hable. O Bolsonaro va a la guerra, o desaparece de la escena política, porque entonces es no el líder que pensábamos”, expone.
Dice que “ir a la guerra”, para él, es no aceptar el resultado, pero no describe exactamente cómo podría desarrollarse esto, ya que él mismo aclara que no apoya un golpe militar. Dice que espera que el presidente anuncie la solución.
Agrega que la aceptación de los resultados por parte de Bolsonaro sería una decepción para él y muchos de sus colegas.
Sobre cuánto podría durar el paro, explica que “el tiempo es relativo” para los camioneros: “Aquí estamos en casa. Nuestro camión tiene un lugar para comer, un lugar para dormir... Esta es nuestra rutina diaria”.
“Creo que no habrá dificultad en negociar con el gobierno de Lula”
Wanderlei Dedeco, un camionero de Curitiba (Paraná), que actúa como “asesor” de los líderes de los camioneros, según su propia descripción, está en contra de las huelgas y dice que hasta el comienzo del día no creía que las protestas durarían mucho tiempo, pero ya comenzó a ver el escenario con “otros ojos”.
“Las manifestaciones están creciendo rápidamente y no hay una intervención inmediata de la PRF como ha habido en otras ocasiones. Además, la demora de Bolsonaro en pronunciarse puede contribuir a la propagación de las protestas”, apunta.
"Las protestas están siendo hechas por camioneros enojados, que no aceptan perder, y por empresarios que creen que perderán algo con el gobierno de Lula. Pero la democracia estuvo presente ayer, así es cómo funciona el juego", dice.
A pesar de las protestas, hay representantes de los camioneros que creen que existe la posibilidad de diálogo con el gobierno de Lula.
Dedeco fue uno de los líderes de la huelga de camioneros de 2018 y, a diferencia de los camioneros activos en estas protestas, apoyó a Lula en la segunda vuelta de las elecciones.
“Yo una vez fui crítico del PT y de Lula, creía en el Lava Jato. Pero si el Supremo Tribunal Federal no lo condenó, ¿quién soy yo para hacer eso? Yo voté por Lula y ahora quiero verlo gobernar. Puedes estar seguro de que lo voy a criticar, a diferencia de los bolsonaristas que estaban ‘deificando’ a Bolsonaro y aceptaban todo lo malo que hacía”, afirma.
En su opinión, los camioneros tienden a beneficiarse de la elección de Lula: “Con el gobierno de Bolsonaro no había condiciones para sentarse a negociar. El gobierno de Lula siempre ha sido más democrático, abierto a escuchar lo que estaba bien y lo que no. Creo que no tendremos dificultad en negociar con el gobierno de Lula”, opina.