Una protesta contra el régimen de Evo Morales en La Paz. (AFP / JORGE BERNAL).
Una protesta contra el régimen de Evo Morales en La Paz. (AFP / JORGE BERNAL).
/ JORGE BERNAL
Redacción EC

La Paz. La Constitución de Bolivia no incluye el estado de emergencia, expresión empleada este miércoles por el presidente del país, Evo Morales, pero sí el de excepción, que es potestad del mandatario.

El presidente dijo textualmente: “quiero decirle al pueblo boliviano, primero, estado de emergencia y movilización pacífica y constitucional para defender la democracia”.

Evo Morales empleó esta expresión en una comparecencia ante los medios en La Paz en la que denunció un “golpe de Estado” de la derecha opositora, para no reconocerle la victoria en las elecciones del pasado domingo.

La figura que establece la Constitución de Bolivia, que el propio Morales promulgó en 2009, es la de estado de excepción, en sus artículos 137 a 140.

En caso de peligro para la seguridad del Estado, amenaza externa, conmoción interna o desastre natural, la Presidenta o el Presidente del Estado tendrá la potestad de declarar el estado de excepción, en todo o en la parte del territorio”, dice el artículo 137.

La vigencia de la declaración del estado de excepción dependerá de la aprobación posterior de la Asamblea Legislativa Plurinacional”, el Parlamento del país, añade el 138.

El Parlamento debe pronunciarse sobre la vigencia “apenas las circunstancias lo permitan y, en todo caso, dentro de las siguientes setenta y dos horas a la declaración del estado de excepción”, según ese artículo.

Evo Morales emplea la expresión “golpe de Estado” de forma recurrente cuando se producen en Bolivia conflictos como el que estos días vive el país, con protestas desde que el lunes unos datos publicados por el órgano electoral desencadenaran sospechas de fraude electoral entre la oposición y movimientos cívicos.

El desencadenante de las protestas tuvo su origen en la decisión del órgano electoral de lanzar en la noche del pasado lunes unos resultados provisionales que daban una victoria de Morales en primera vuelta, sin esperar al cómputo oficial.

El cómputo oficial lleva desde la pasada noche parado en el 96,78 por ciento del recuento de votos, con un 46,49 por ciento a favor de Morales y un 37,01 para el opositor Carlos Mesa.

Este porcentaje sitúa al presidente a solo un 0,52 por ciento de votos para evitar una segunda vuelta.

El sistema electoral en Bolivia da por vencedor al candidato con al menos el 50 por ciento de los votos o el 40 con una diferencia de diez puntos sobre el siguiente, pero si no se logran esos porcentajes, los dos más votados van a segunda vuelta, que en este caso se produciría en diciembre.

Morales, en el poder desde 2006, ya se vio vencedor en la noche del pasado domingo tras la votación, mientras que Mesa mantiene que existe fraude para evitar una segunda vuelta.

Fuente: EFE

Contenido sugerido

Contenido GEC