Una llamada de auxilio que nadie atendió fue lo último que se supo de Gloria Inés Valencia Enciso. El pasado 15 de septiembre, la mujer de 44 años desapareció del radar de sus amigos y familiares a eso de las 6 de la tarde, cuando, al parecer, su expareja sentimental la raptó, la encerró en una casa de la localidad de Bosa, en Bogotá, y, finalmente, la estranguló hasta acabar con su vida.
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“La última vez que hablé con ella fue a las 4 de la tarde de ese jueves. Luego de eso, la actual pareja la llamó y le contestó Ronald, el agresor; en esa conversación se escuchaban los gritos de mi mamá al fondo pidiendo auxilio y él solo decía que mi mamá era suya y que no le iba a dejar comunicarse con nadie”, señaló Karen Valencia, una de las hijas de Inés.
6 de la tarde
Luego de esa llamada, Karen y su hermana emprendieron la búsqueda de su mamá y aunque no tenían clara la ubicación de Gloria Inés, lo que sí sabían era quién era el hombre que la tenía presa en una vivienda. “Mi mamá tenía dos celulares y uno de esos estaba enlazado a la cuenta del correo con el que se podía seguir el GPS, logramos saber que su último rastro estaba en el Polideportivo de Bosa Palestina, pero ahí ya se perdió. Hablamos con la Policía y nos decían que si no había una dirección exacta no nos podían ayudar”, agregó Karen.
Pero la búsqueda de la mujer apenas comenzaba, fueron cerca de tres llamadas de alerta las que los familiares realizaron a la línea de emergencias 123 para pedir ayuda y rescatar a su madre, no obstante, dicen sus hijas, que nunca recibieron ayuda ni respuesta, “nos pedían ubicaciones exactas, nombres, pruebas de la emergencia y no teníamos cómo aportarlas”.
Pasadas tres horas desde que se conoció que la mujer había sido raptada, la familia de la víctima hace un nuevo intento a la línea 123 pero, como en la primera llamada, la respuesta que hallaron no fue positiva, pues nadie le hizo seguimiento al caso, de acuerdo con su denuncia.
A la par, en la casa de Bosa, la mujer seguía retenida. Un elemento adicional hizo que la familia perdiera la calma y temiera lo peor. Conforme transcurría la noche empezaron a recibir correos electrónicos y mensajes de texto sobre supuestos movimientos financieros que Gloría Inés estaría tratando de hacer desde sus cuentas; sin embargo, para sus hijas era claro quién estaba detrás de esto, pues con la llamada inicial ya había quedado en evidencia quién era el victimario de Gloria.
10 de la noche
Para encontrar a Gloria fueron muchas las puertas que se tocaron, dijo Karen.”Llamamos a la mamá del sujeto que la tenía encerrada y ella nos dio números donde los podíamos buscar. El actual novio de mi mamá tiene un identificador de llamadas y gracia a eso nos dimos cuenta que los números que esa señora nos había dado eran falsos y no correspondían a las personas que nos había dicho”.
Las esperanzas de encontrar con vida a Gloria Inés eran cada vez más remotas.Sobre las 10 de la noche, Karen, su hermana y el otro hombre regresaron a sus casas y a las 4 a. m. del 16 de septiembre llamaron por última vez al 123.
”Ahí nos remitieron a la Fiscalía y solo en esa última llamada me dijeron que me podría comunicar con el Gaula, porque se trataba de un posible secuestro”. De pronto todo empezó a tomar otro curso, pues dos horas después, a las 6:30 a. m., reciben una llamada para que se acerquen hasta el Gaula.
5 de la tarde (16 de septiembre)
La última llamada. Aunque cada minuto que pasaba parecía acercarlos un poco más al paradero de la mujer, lo cierto fue que tras 24 horas de búsqueda y llamadas de emergencia, a las 5 de la tarde del 16 de septiembre, Karen y su hermana recibieron la noticia de que su madre había sido encontrada sin vida en una habitación de casa al sur de la ciudad.
En la escena del crimen también reposaba el cuerpo malherido, pero con vida, de Ronald, un hombre de 35 años que habría sido su pareja, con el que habría acabado todo hace más de un año y que, según contó Karen, un hombre que nunca la dejó en paz y del que reciba amenazas no solo en contra de su vida, sino además contra la de sus dos hijas.
El reporte de Medicina Legal señaló que la causa de la muerte de Gloria Inés Valencia no habría sido otra que estrangulamiento y que probablemente los cortes en las muñecas del victimario habrían sido propinados por él mismo con la intención de acabar con su vida luego de cometer el homicidio.
Antecedentes
Pero en el caso de Gloria, como el de muchas mujeres en la ciudad, ya tenía una historia. Al hombre que, presuntamente, acabó con su vida ya le habían dado una orden de alejamiento emitida por la Fiscalía luego de que golpeara a la mujer con un ladrillo en la cabeza el 31 de diciembre de 2021.
”Él era muy posesivo, no la dejaba tomarse fotos ni con nosotras, todo le molestaba y le decía que ella tenía que estar era tomando con él”, dijo Karen.
Como si no fuera poco, luego de que la mujer salió del hospital, el hombre la persiguió hasta la casa que compartía con sus dos hijas a las que también las amenazó de muerte y donde el vigilante tuvo que prestarle resguardo para evitar que fuera golpeada de nuevo.
Luego de 14 días desde que Gloría murió, lo único que piden Karen y su hermana es que se haga justicia y que este caso no se vuelva una estadística más. “Nosotras sabemos que la historia de mi mamá será una más de feminicidio, y eso duele. Por eso les pedimos a las autoridades que se hagan cargo de sus responsabilidades”, concluyó Karen.