Alejandro Guillier, candidato a la Presidencia de Chile. (Reuters).
Alejandro Guillier, candidato a la Presidencia de Chile. (Reuters).
Redacción EC

El periodista es la esperanza del oficialismo chileno para seguir con el legado de la presidenta Michelle Bachelet, pese a que el candidato ha protagonizado una campaña electoral atípica, marcada por una relación fría y tirante con los partidos políticos que lo apoyan.

La candidatura presidencial de Guillier, de 64 años, es un reflejo de la división y el desorden que ha primado estos últimos meses en la Nueva Mayoría, la coalición de partidos de centroizquierda que aupó a Bachelet a su segundo mandato en las elecciones de 2013.

La campaña de este senador independiente tuvo un despegue lento y debió lidiar desde el comienzo con la amplia ventaja que todas las encuestas dan al candidato conservador, el ex presidente Sebastián Piñera.

Pese a todo, los últimos sondeos reflejan que Guillier tiene muchas opciones de pasar a una segunda vuelta en la que se enfrentaría a Piñera el próximo 17 de diciembre.

La candidatura del senador por Antofagasta fue poco convencional desde su inicio. La falta de acuerdo entre los socios de la Nueva Mayoría impidió la realización de primarias, por lo que la coalición se presenta a las elecciones del domingo con dos aspirantes, Alejandro Guillier y Carolina Goic.

Guillier cuenta con el respaldo de los partidos Socialista, Comunista, Radical Social Demócrata, Por la Democracia, Izquierda Cristiana y Movimiento al Socialismo.

Goic, en tanto, es la abanderada de la Democracia Cristiana (DC), la formación más centrista de la Nueva Mayoría, que por primera vez en 28 años presenta un candidato propio.

El perfil de Guillier le sitúa en las antípodas de los candidatos que la centroizquierda chilena -durante muchos años llamada Concertación- ha tenido desde la recuperación de la democracia, en 1990.

Es un personaje ajeno a los grupos de poder, no proviene de la élite dominante y no milita en ninguno de los partidos que lo proclamaron como candidato.

Tras una larga y prolífica trayectoria como periodista de radio y televisión, Guillier dio el salto a la política en 2013, cuando fue elegido senador por la región minera de Antofagasta.

Pese a su afinidad con el Partido Radical, se presentó a los comicios parlamentarios como independiente, una condición que ha mantenido durante su carrera a la Presidencia y que le ha acarreado críticas y más de un contratiempo.

"Yo soy un independiente y los partidos lo tienen que asumir. Si no, que busquen un militante", declaró en julio pasado ante los cuestionamientos internos.

Consciente del rechazo ciudadano hacia los partidos tradicionales, la estrategia de Guillier buscaba mantener una distancia prudente con el 'establishment' y mostrarse como el representante de una nueva forma de hacer política.

Pero esto generó anticuerpos en algunos sectores de los partidos que lo apoyan, que no ven en Guillier a uno de los suyos, si bien admiten que es la opción más competitiva para retener el poder en manos de la izquierda.

Uno de los capítulos más controvertidos en su camino a La Moneda fue la votación del comité central de Partido Socialista (PS) en abril pasado para elegir al candidato de la formación.

Guillier superó al expresidente Ricardo Lagos en una votación secreta muy criticada por algunos líderes políticos, que acusaban al PS de traicionar sus valores en aras de un interés electoralista.

Pese a las trabas, Guillier ha sacado adelante su candidatura con un programa electoral que recoge los principales caballos de batalla del Gobierno de Bachelet, con especial énfasis en los programas sociales y la reactivación de la economía.

Fuente: EFE

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