La Habana. Tras casi cuatro años de discusiones, el gobierno de  y la guerrilla de las  llegaron el miércoles a un acuerdo de paz que pone fin a cinco décadas de conflicto armado, se anunció el miércoles.

"La guerra ha terminado", afirmó el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, quien señaló que la mejor manera de superar el conflicto fue sentarse con las FARC "a hablar de la paz".

El arribo a un acuerdo se vislumbró a comienzos de agosto cuando las partes presentaron una suerte de hoja de ruta que guiará el cese del fuego bilateral, el cual entrará en vigencia desde el mismo momento en que se firme el acuerdo definitivo.

El cese al fuego significa el fin de los enfrentamientos entre el Estado y las FARC.

Ahora, el gobierno colombiano debe informar al Congreso para que convoque a un plebiscito, en el cual los colombianos dirán si respaldan o no el acuerdo.

"Hemos acordado suscribir el presente acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, cuya ejecución pondrá fin de manera definitiva a un conflicto armado de más de cincuenta años", dice el comunicado conjunto leído en La Habana por los garantes de Cuba y Noruega.

El pacto prevé en esencia que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) depongan los fusiles y se conviertan en un partido político.

"La terminación de la confrontación armada significará, en primer lugar, el fin del enorme sufrimiento que ha causado el conflicto", dijo el embajador noruego Dag Nylander.

El documento fue rubricado por los jefes negociadores de las dos delegaciones, Humberto de la Calle por el Gobierno y Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", en representación de la guerrilla, así como por los embajadores de Cuba y Noruega, países garantes en el proceso de paz.

El acuerdo con la mayor guerrilla de Colombia, en armas desde 1964, permitirá superar en gran parte un enfrentamiento que deja unos 260.000 muertos, casi siete millones de desplazados y unos 45.000 desaparecidos. 

El pacto de La Habana prevé compromisos para solucionar el programa agrario, que dio origen al levantamiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y enfrentar el del narcotráfico, combustible de la violencia. 

También acordaron un alto al fuego bilateral y definitivo, fórmulas de justicia y reparación de las víctimas, y la participación en política de los futuros excombatientes.

Se espera que las FARC inicien su desarme en un plazo de seis meses contados a partir de su concentración en 23 zonas y ocho campamentos en Colombia.

Observadores desarmados de la ONU y delegados de las FARC y el gobierno verificarán el proceso de dejación de armas, con las cuales se levantarán tres monumentos. 

El proceso de La Habana es el primero de los cuatro que se han intentado con las FARC que está a punto de concretarse. Antes fracasaron las iniciativas emprendidas en 1984, 1991 y 1999.

De momento no se ha anunciado una fecha para la rubricación del acuerdo por parte del presidente Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez (Timochenko), jefe máximo de la guerrilla.

Fuente: Agencias

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