Familiares y amistades exigieron justicia para Claudia Cano, de 28 años, quien el domingo pasado fue encontrada muerta en el asiento del copiloto de una camioneta que su novio conducía a exceso de velocidad en la colonia El Socorro, en el municipio de Valle de Santiago, Colombia.
Este miércoles la joven fue despedida con música de la Banda Reyna, una misa por sus seres queridos en el templo de San José, de la comunidad La Tinaja, y sepultada en el Panteón Nueva Vida, de Salamanca. En el cortejo pidieron castigo para el responsable de su muerte.
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Claudia tenía dos meses de vivir con Enrique en el domicilio de los papás de ella y el mismo día que “la mataron” comentó que había decidido separarse de él, dijo su hermana Cecilia.
La joven había sido sacada a la fuerza de su vivienda la noche del domingo en la comunidad La Tinaja, de Salamanca, y horas después su familia recibió una llamada de la fiscalía en la que se le comunicaba que había sido localizada sin vida.
Dan Cano Chávez, padre de Claudia, afirmó que su hija falleció por un golpe en la cabeza ocasionado por su novio de nombre Juan Enrique, aunque “él dijo a la policía que mi hija se había arrojado de la camioneta”.
Comentó que Juan dijo que iban discutiendo y que mi hija se lanzó por la ventanilla con el vehículo en movimiento, pero ella no tiene ningún raspón en la cara o cuerpo.
Pidió ser escuchado en su reclamo de justicia y que el responsable del feminicidio pague por lo que hizo y que no se le deje en libertad. “Para mí él es un asesino”, dijo.
Comentó que la policía logró detenerlo “de chiripa” cuando conducía a exceso de velocidad: “lo detuvieron y vieron que mi hija estaba sin vida en el asiento del copiloto”.
Consideró que el novio iba a exceso de velocidad para deshacerse del cuerpo de Claudia. “A donde iría a tirar a mi hija… a algún barranco o qué sé yo, en Valle”.
Los colectivos La Regla Rota y Feminista Valle de Santiago dieron acompañamiento a la familia en su reclamo de justicia la tarde de este miércoles con una marcha por las calles de Valle de Santiago. “Claudia no murió, la mataron”, sentenciaron.