Caracas (El Nacional de Venezuela / GDA) Año y medio después de que Hugo Chávez designó a Nicolás Maduro como su sucesor, analistas advierten que el mandatario no ha logrado liderazgo en el sector castrense. Maduro, un civil que proviene del movimiento sindical, tiene el mando otorgado por la Constitución, pero su radio de influencia dentro de los cuarteles es limitado.
El viernes 4 de julio se celebrará en el Patio de Honor de la Universidad Militar Bolivariana el acto de ascenso a los grados de generales y almirantes. Se espera que ese día el jefe del Estado anuncie si habrá cambios en el Alto Mando de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Como preámbulo, el pasado sábado, la ministra de la Defensa, Carmen Meléndez, ascendió a 526 militares a los grados de coroneles y capitanes de navío, en un acto que se realizó en Fuerte Tiuna.
Francine Jácome, presidente del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos (INVESP), asegura que el presidente tiene una relación de dependencia con la FANB. Señala que la institución desempeña una función esencial para garantizar la permanencia del jefe del Estado en el poder y le concede estabilidad a su gestión, lo que ha propiciado que Maduro conceda mayor autonomía de actuación a la institución castrense.
Considera que estos aspectos han permitido ampliar la presencia de uniformados en su gobierno en sectores importantes, siendo los más recientes los enroques en el área económica. “Durante los cuatros mandatos de Chávez se estuvo ante un líder militar que controlaba a la Fuerza Armada desde el Poder Ejecutivo y frente a un Alto Mando que manifestó públicamente su lealtad hacia el líder; pero su liderazgo, al igual que en las demás áreas, no pudo ser endosado automáticamente a su heredero designado”, indica Jácome.
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