Mientras existe una fuerte conmoción en Campana (Argentina) por el femicidio de María Alejandra Abbondanza, se conoció un video que muestra cómo la víctima ingresaba a la casa de Agustín Chiminelli, el sospechoso que está acusado de matarla, quemarla y descuartizarla. El caso generó una profunda indignación y varios vecinos se movilizaron para exigir justicia.
Los investigadores obtuvieron una prueba clave que refuerza la acusación contra el vecino de la víctima, acusado de su asesinato. Las imágenes de una cámara de seguridad muestran cómo Abbondanza ingresa a la vivienda de su vecino. Se trata de las últimas imágenes de las que se tiene registro de la mujer de 38 años.
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El caso tiene detalles estremecedores en esta localidad bonaerense. La mujer había sido reportada como desaparecida después que saliera a pasear al perro en la tarde del viernes. Horas después se conoció lo peor. Su cuerpo fue hallado por la policía y los investigadores concluyeron que un vecino la mató a golpes con una pesa y luego la descuartizó.
Según informó Campana Noticias, las primeras informaciones apuntan a que el asesino de Abbondanza tenía una relación ella y la golpeó hasta matarla con una pesa. Después, habría sido ayudado por sus padres a encubrir el crimen, para lo cual descuartizaron el cuerpo y arrojaron algunas prendas y el collar del perro a un terreno baldío ubicado a tres cuadras. Los tres fueron detenidos por el brutal feminicidio.
La fiscal Ana Laura Brizuela, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial Zárate-Campana, había dispuesto revisar las cámaras particulares y una de ellas grabó el momento en el que Abbondanza ingresó por sus propios medios a la casa de un vecino de la esquina.
“Tenemos cámaras que muestran que el vecino entra y sale durante toda la noche, en ocasiones con bolsas”, había indicado una fuente del caso a la agencia Télam. Ese video se convirtió en una prueba incriminatoria para el principal acusado por el crimen.
El personal abocado a la búsqueda de Abbondanza tuvo un primer indicio de lo que le había ocurrido a la mujer durante la madrugada del sábado, cuando la mascota con la que había salido a caminar apareció herida y con rastros de sangre. Tras ello, el personal intensificó las tareas y encontró prendas en un terreno cercano a su vivienda.
Ante la sospecha de los investigadores, la justicia autorizó el allanamiento a la casa de un vecino, en Moreno y Alberdi, donde la mujer había sido vista en vida. Allí encontraron su cadáver, en una habitación cerrada con llave.
Detalles estremecedores
Durante la pesquisa, los investigadores hallaron otras imágenes que comprometen a Chiminelli. De hecho, a las cuatro de la mañana salió con el perro de la mujer como si fuera a pasearlo y volvió a la casa, situación que ocurrió nuevamente, pero esta vez el animal ya no tenía el pretal puesto.
La policía encontró el pretal, la correa y la ropa de la mujer ensangrentada en un terreno baldío ubicado a dos cuadras de la vivienda, mientras que el perro fue hallado suelto a las 5 de la madrugada.
Los efectivos también revisaron los tachos de basura de la cuadra y hallaron una bolsa similar a las que había dentro del inmueble con una mancuerna, un buzo y una toalla, todo con sangre.
Con esos datos, la fiscal dispuso un allanamiento de urgencia en la casa del sospechoso y los restos quemados de la mujer fueron encontrados en la parrilla ubicada en la terraza.
“En el terreno hay dos casas separadas y presumimos que el hecho ocurrió en la de atrás que estaba desocupada, en una habitación que estaba completamente limpia de manera reciente”, añadió otro vocero y agregó: “Encontramos manchas de sangre en las puertas y un palmar como marcado con sangre, una escena macabra”.
Agustín Leonel Chiminelli, de 24 años, está acusado ahora presunto autor material. A su vez, la justicia considera que a su padre jubilado, llamado Carlos Rubén, 69 años, y a su madre Liliana Esther Sánchez, 64 años, quien trabaja como empleada de una farmacia, como supuestos cómplices.
Los investigadores procuraban determinar cuál era el vínculo entre el joven y la víctima, ya que nadie sabía de algún tipo de relación entre ambos.
Para ello, la fiscalía envió a peritar los teléfonos incautados con el objetivo de establecer esa situación.