La Paz. Organizaciones sociales preparan una huelga para desconocer los resultados de las elecciones en Bolivia mientras Evo Morales, el primer presidente indígena y con el mandato más largo de la historia, mantiene polarizado al país entre quienes lo admiran por su exitosa gestión económica y los que le reprochan su falta de respeto al voto popular.
“Vamos a parar el país en forma indefinida”, dijo el martes el líder social Luis Fernando Camacho en Santa Cruz, bastión opositor del país, donde se darán cita representantes de organizaciones ciudadanas y opositoras para “definir medidas contra el fraude”.
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Morales desconoció el voto de un referendo en 2016 que le dijo no a una tercera reelección no autorizada por la constitución que él mismo había aprobado en 2009. Pero forzó su postulación amparado en un controvertido fallo del Tribunal Constitucional, lo que generó protestas en todo el país que fortalecieron a la débil oposición y acabaron mermando la popularidad del mandatario de 59 años, antes imbatible en las urnas.
Las elecciones del domingo mostraron una caída en su caudal electoral y la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de interrumpir el conteo rápido que vaticinaba una eventual segunda vuelta generó sospechas de fraude que derivaron en disturbios en varias ciudades del país.
Los tribunales electorales en Potosí y Tarija fueron incendiados y hubo saqueos en Sucre hasta la medianoche del lunes. Una turba que la policía no logró contener incendió la sede del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales. También La Paz vivió una noche de protestas.
Julita Orozco, enfermera en un hospital público de La Paz, participaba de una marcha del personal sanitario contra el gobierno. "Hay que levantarse señor, Morales no puede seguir pisoteándonos, yo vengo a defender la democracia, mi voto", dijo la mujer a The Associated Press.
Pero Marcelino Aruquipa, que vendía helados a los manifestantes, sostuvo que “no quieren aceptar (los resultados). Dicen que hay fraude, yo no creo. Evo va a seguir, si entra (Carlos) Mesa seguro que habrá crisis”.
Los últimos conteos del TSE -que se reanudaron 24 horas después de la interrupción- indican que Morales obtuvo 46,4% de los votos y está a 3,6 puntos porcentuales del 50% necesario para evitar una segunda vuelta a la que llegaría como favorito su principal contendor, el expresidente Mesa.
Morales proviene de los sindicatos cocaleros en los cuales impera el “centralismo democrático”. Es decir “las decisiones se toman en la cúpula y se imponen a las bases”, dijo a AP el analista y profesor universitario Carlos Cordero. “Morales no acepta la alternancia en el poder ni la disidencia”.
Según el analista, “si no hay segunda vuelta habrá violencia. Otro posible escenario es que se repitan los comicios”.
La transmisión de los conteos rápidos preliminares volvió a suspenderse la noche del lunes con Morales con 46,4% de los votos y Mesa con 37,07% con el 95,63% de las actas electorales verificadas.
El cambio en la proyección del voto respecto de los primeros resultados del domingo llevó al jefe de observadores de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Manuel Gonzales, a declarar la víspera que “estamos ante un cambio inexplicable de tendencia que modifica drásticamente el destino de la elección y genera pérdida de confianza en el proceso electoral”.
El domingo, el TSE difundió resultados de conteos preliminares según los cuales Morales aventajaba a Mesa por una estrecha diferencia que anticipaba una segunda vuelta con más del 80% de las actas contabilizadas.
Mesa aseguró que hubo fraude y llamó a la resistencia en las calles. Según los analistas, más que el apoyo a Mesa es la defensa del voto lo que ha movilizado a la gente.
Por su parte, el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Michael G. Kozak, publicó en Twitter que Washington “rechaza los intentos del TSE de subvertir la democracia” y llamó al órgano a “actuar de inmediato para restaurar la credibilidad en el proceso de conteo de votos”.
También Brasil, Argentina y Colombia emitieron comunicados manifestando su preocupación.
Ricardo Centellas, vocero de la Conferencia Episcopal de Bolivia, leyó el martes un comunicado en el que exhortó al TSE a “cumplir el papel de árbitro imparcial ante indicios de fraude”.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, responsabilizó a Mesa por la violencia. Morales, por su parte, no ha hablado públicamente desde el domingo, cuando se declaró ganador sin aludir a una segunda vuelta. El martes estaba reunido con la misión de la OEA.
En algunos sectores de La Paz se observaba gran cantidad de gente acudiendo a los mercados para abastecerse de alimentos ante el temor a una posible escasez si continúan las protestas.
Fuente: AP