Río de Janeiro [AFP]. La actriz brasileña de telenovelas Regina Duarte, nueva secretaria de Cultura del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, se define como “conservadora”, pero promete trabajar para “pacificar” al mundo artístico, sacudido por los ataques de los sectores más radicales del gobierno.
Duarte, de 72 años y cincuenta de carrera en TV Globo, sustituye al dramaturgo Roberto Alvim, que preconizaba una “cruzada cultural” contra las influencias de izquierda, hasta ser destituido este mes por pronunciar un discurso oficial con referencias nazis.
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La “noviecita” de Brasil
Regina Blois Duarte nació el 5 de febrero de 1947 en Franca, interior de Sao Paulo, en una familia de cuatro hermanos, un padre militar “de valores éticos rígidos” y de una madre “religiosa”, ama de casa.
Dueña de una voz dulce y dos sonrientes ojos marrones, debutó a los 14 años en teatro, incursionó luego en la publicidad y de allí saltó a la pantalla chica, de donde prácticamente nunca se apartó.
Hasta el día de hoy es conocida popularmente como “la noviecita de Brasil”, apodo que ganó en la década de 1970 tras interpretar una serie de casamientos y romances que encantaron al país, entre ellos “Veu de Noiva” (Velo de Novia, 1969) y “Minha Doce Namorada” (Mi Dulce Novia, 1971).
Ya en sus 30, aceptó el papel que daría a su carrera nuevos matices: “Malu Mulher” (Malú Mujer, 1979), una socióloga divorciada que luchaba por su independencia afectiva y financiera mientras criaba una hija adolescente en el Brasil patriarcal de los años ochenta.
Siguiendo un guion que abordaba temas silenciados en la televisión de esa época (aborto, orgasmo femenino, separación, violencia doméstica, entre otros), Duarte cuenta que muchos hombres que la encontraban en la calle la acusaban de querer “subvertir a la familia brasileña”.
Pese a las posturas progresistas de su personaje -y a que algunas de las vivencias de la ficción se espejaban en su vida real- Duarte afirma que “nunca” se consideró feminista.
“Nunca me declaré feminista, incluso interpretando a Malu. Me parecía que no era por ahí, que había caminos intermediarios”, dijo en el 2019 en el programa Conversa com Bial.
“Aunque haya tenido actitudes de vanguardia, siempre fui y sigo siendo conservadora”, añadió, al ser cuestionada sobre su apoyo a Bolsonaro.
Su papel de mayor éxito fue la extravagante viuda Porcina de la novela Roque Santeiro (1985), una mujer de vocabulario vulgar y ropas de colores estridentes que le permitió revelar sus habilidades para la comedia.
Alineada con la derecha
Regina Duarte tiene tres hijos, seis nietos y se casó cinco veces, según la prensa brasileña.
Es actualmente una de las pocas figuras artísticas con proyección nacional que apoya a Bolsonaro.
Después de participar en manifestaciones a favor de elecciones directas hacia el final de la dictadura militar (1964-1985), respaldó a candidatos de centro derecha, como el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
En el 2002 hizo campaña por José Serra, afirmando en una pieza publicitaria que tenía “miedo” de una eventual victoria del rival izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien finalmente resultó electo y gobernó Brasil hasta el 2010.
Duarte volvió a las calles en el 2016 para exigir el impeachment de la sucesora de Lula, Dilma Rousseff, y en el 2018 reveló que votaría por .
Sobre los exabruptos homofóbicos y racistas del presidente, afirma que son “de la boca para afuera”.
“Cuando lo conocí personalmente, me encontré con un tipo dulce, un hombre de los años 1950, como mi padre, que hace chistes homofóbicos, pero solo de la boca para afuera”, afirmó en una entrevista al periódico O Estado de S. Paulo en vísperas de la elección.
La clase artística se mostró dividida al conocer que la actriz podría asumir el cargo.
Pocos días antes de aceptar, Duarte publicó en sus redes sociales: “Precisamos luchar por la pacificación y la unión de nuestra clase”, en un mensaje dirigido a “todos los colegas de todas las expresiones artísticas e ideológicas”.