La trágica práctica que destruye cementerios en Venezuela
La trágica práctica que destruye cementerios en Venezuela

El Cementerio General del Sur en Caracas es el destino de muchos de muchos después de su muerte. Para este 2 de noviembre, a 140 años de su inauguración, su deterioro es visible. Además del abandono y de la inseguridad, otro problema preocupa a los familiares: la profanación de tumbas.

En diario El Nacional de Venezuela comprobó que la entrada al camposanto está resguardada por al menos cuatro funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Se encuentran en el lugar después del asalto al sepulcro del novelista Rómulo Gallegos, el 14 de junio de 2016. El hecho fue denunciado por Theotiste Gallegos, nieta del ex presidente, un día después. Incluso advirtió que tanto los restos del escritor como los de su esposa estaban perdidos.

Al día siguiente, el 16 de junio de 2016, el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, se pronunció al respecto. Calificó de “patrañas” las denuncias, aunque también informó que a partir de ese momento el presidente Nicolás Maduro ordenó a la GNB proteger el sitio.

Al entrar al cementerio se observan los edificios administrativo y funerario. Este último tiene en frente una plaza con arreglos florales y una fuente. Al menos esa área estaba cuidada. Al continuar en línea recta empiezan a observarse los panteones y el mosaico de lápidas en cada terreno visible. En su mayoría están rodeados por matas y unos pocos árboles.

El panorama es desalentador. Muchas de las tumbas están destapadas y destruidas. A veces seguidas, otras diseminadas en varios puntos. Solo se ven los escombros y las fosas. Dentro de ellas: tierra rojiza, trozos de mármol, granito y cemento. Pero si se enfoca más la vista, se evidencia que dentro de las fosas los ataúdes están astillados y derruidos. Es difícil divisar restos humanos por la profundidad de los nichos.

Esta situación se repite en ciertos puntos de las 246 hectáreas que conforman el cementerio. Empleados del camposanto explicaron que las exhumaciones ilegales aumentaron desde hace un año.

Grupos de delincuentes son los responsables de abrir las tumbas. Uno de los obreros detalló que los perpetradores buscan oro o joyería en los sepulcros. También hurtan los huesos para rituales.

En ocasiones desmantelan las tumbas para robar los materiales con las que están hechas. Las planchas de granito y de mármol; las partes de aluminio, plata u otros metales son revendidos o usados para la construcción de casas.

--- Cinco meses sin respuestas ---

Muchos familiares terminan desamparados por la Alcaldía de Caracas y la administración del cementerio cuando las tumbas son profanadas. Usualmente, les ofrecen arreglarlas, pero no hay respuestas claras ante el ultraje, ni medidas contra los responsables.

Sonia Gallegos Arocha, hija del ex presidente Rómulo Gallegos, es una de las denunciantes más reconocidas. Narró que después de la profanación de la tumba de su padre, a mediados de junio, se reunió con el ministro de Cultura, Freddy Ñáñez, y con el presidente del Celarg, Roberto Hernández Montolla.

Su exigencia a ellos era que se permitiera la revisión de los restos para constatar si estaban en la tumba. Sin embargo, las autoridades cerraron la fosa sin inspeccionar.

“Ahora es necesario que un tribunal permita la apertura de la tumba para que se proceda a observar la urna. Por mi cuenta, no tengo el dinero para costear todos los trámites y una reparación completa”, dijo.

Gallegos Arocha precisó que los delincuentes se llevaron lozas de mármol negro que eran parte de la estructura. Además, se llevaron fragmentos de las piezas que tenían escritas la fecha de muerte y demás datos del difunto.

“Hoy, Día de los Difuntos, no puedo ir al cementerio porque me da miedo por lo peligroso que es. Me siento indefensa con esta situación. No hay autoridad que atienda esta problemática”, señaló.

A raíz de los desmantelamientos, los trabajadores recomiendan a los familiares ordenar construcciones con materiales más económicos.

Además del ex mandatario Gallegos, los sitios de descanso de otros presidentes fueron violentados. El lugar de descanso de los familiares del ex presidente Rafael Caldera y la tumba de  Isaías Medina Angarita, ex jefe de Estado, fueron  atacadas entre enero de 2015 y junio de 2016.

Isaías Medina Felizola, hijo del general Isaías Medina Angarita, explicó que aún esperan respuestas por parte de la Fiscalía y los tribunales sobre la irrupción de la cripta en la que descansan los restos de su padre y de su madre.

“Esa es una cripta donde se baja a un sótano donde hay varias nichos. La entrada fue destruida, tanto la lápida con la inscripción como el mármol que la rodeaba”, declaró Angarita Felizola.

La denuncia formal de este hecho se realizó el 15 de junio. Desde entonces, el hijo de Medina Angarita ha aguardado para saber los motivos del hecho y quiénes fueron los implicados en ello.

Luego de lo ocurrido, como muchos, Angarita Felizola y sus familiares planean realizar la exhumación de sus difuntos para luego evaluar si los cremarán o trasladarán a otro cementerio.

Fuente: El Nacional, Venezuela/GDA

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