Venezuela: "Mi hijo se va a morir si no lo saco del país"
Venezuela: "Mi hijo se va a morir si no lo saco del país"

Su sonrisa se mantiene intacta, quizás igual o más firme que la primera vez que su historia saltó a los medios de . Desde noviembre del 2015, el pequeño Diego Avendaño lucha contra una enfermedad que ocasionó un vuelco abrumador en su vida: el cáncer.

En su primer encuentro con el diario venezolano "El Nacional", en junio del 2016, sus padres, Alixa Carmona y Sergio Avendaño, relataron desde la habitación 5 del Hospital J.M. de los Ríos, en Caracas, el viacrucis que supone por estos días tener un familiar con este padecimiento. La escasez de medicamentos e insumos y las fallas en la infraestructura del centro fueron algunas de las denuncias que hicieron.

“Teníamos una idea en cuanto a la escasez de los medicamentos oncológicos, pero una cosa es que sepas y otra es que lo vivas. La magnitud de lo que tiene Diego es algo complicado: si no se consigue un tratamiento, la enfermedad avanza sin retorno”, relató Alixa en aquel momento.

El pequeño de 5 años de edad está diagnosticado con neuroblastoma. Tiene metástasis en los huesos, órbita, pulmones y médula ósea. Hoy su historia es igual; le han practicado alrededor de 70 quimioterapias, pero la enfermedad continúa. Aquel hospital se ha convertido en su segundo hogar.

Alixa Carmona mantiene el aplomo y la fe con los que desde hace más de un año ha sobrellevado la situación. En busca de soluciones para curar la enfermedad de su hijo, supo de un tratamiento que puede darle a Diego la posibilidad de seguir vivo.

La inmunoterapia es un tratamiento a base de anticuerpos, inmuniza al paciente para que sus defensas se fortalezcan y las quimioterapias logren un efecto positivo.  No se realiza en Venezuela, lo cual no ocurre solo por la falta del tratamiento. Para Alixa, la causa también se debe a que los centros médicos del país no cuentan con las condiciones necesarias para su implementación, como ambiente estéril o equipos especializados.

“Para aplicar este tratamiento el niño debe estar en condiciones como el de cuidados intensivos, en un ambiente 100% estéril, donde debe estar hospitalizado.

Eso es algo que el hospital aquí no me puede garantizar, porque incluso las veces que ha estado hospitalizado le ha tocado quedarse en camillas hasta un fin de semana completo porque no hay camas. Ni siquiera en un cuarto, sino en el área de triaje, donde reciben a todos los pacientes con cualquier tipo de enfermedades”, contó Carmona.

La madre del pequeño conoce bien la información. Desde que supo la posibilidad de practicarle el tratamiento investigó cuáles son los lugares a los que puede recurrir. En Estados Unidos y España lo practican.

Carmona se comunicó con el Hospital San Juan de Dios, ubicado en Barcelona, España. Ahí los médicos conocieron el caso de Diego y, tras evaluarlo, dieron el sí para que el pequeño sea tratado en ese centro, pero no es suficiente: para viajar, la familia no cuenta con dos cosas necesarias: un informe médico que reconozca que el tratamiento no puede realizarse en el país y recursos económicos para costear el traslado.

Los padres de Diego han agotado las vías. Recurrieron a varios entes gubernamentales para exponer el caso y que les otorguen los recursos que permitan que el niño vaya a España. Hasta ahora las respuestas no han sido positivas.

Alixa mantiene una campaña activa a través de las redes sociales, con el fin de que su voz sea escuchada y su hijo pueda practicarse el tratamiento que requiere. Allí no solo alza la voz por el menor, hace lo propio con otros pacientes oncológicos que también necesitan ayuda.

“Esta lucha se ha vuelto mucho más importante. Ahorita lo que pedimos para Diego es una esperanza, que podría tenerla fuera, porque aquí su vida no es segura. Sonará crudo, pero aquí mi hijo se muere, se va a morir si no lo saco del país”, enfatiza.

La madre del pequeño hace un llamado al gobierno nacional para que solvente la situación de los hospitales. Insiste en que se les otorguen los recursos para que el niño sea tratado en España.

“Diego es el rostro de muchos otros niños que están en la misma situación. No esperemos que sea tarde, que se pierda su vida. Si se queda aquí no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. No hay tiempo, el cáncer es una enfermedad muy agresiva”.

Fuente:  Yazmely Labrador (El Nacional, Venezuela/GDA)

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