El Tribunal Superior de Justicia de Brasil cesó del cargo al gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, para que la Fiscalía General de la Nación pudiera denunciarlo por corrupción. Según la teoría, habría desviado dinero destinado a combatir la pandemia.
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“Fui electo teniendo como pilar la lucha contra la corrupción y nunca abandoné esa bandera”, se defendió Witzel, quien de ser uno de los políticos y burócratas más cercanos al presidente Jair Bolsonaro, se convirtió en uno de sus tantos enemigos.
En esta nota te contamos cómo Witzel se convirtió en un crítico de Bolsonaro y hasta en un potencial rival en las elecciones del 2022.
LA TRAICIÓN
“¿Quién está detrás de esto? No tengo ninguna duda: el gobernador Witzel”. Fue tajante sobre la identidad del autor del complot en su contra. Jair Bolsonaro señalaba al gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, de manipular las investigaciones del asesinato de Marielle Franco.
A finales del año pasado, la política brasileña se remeció al saber que el nombre del presidente del país aparecía en la investigación por la terrible muerte de Franco. Según el portero de la casa de Jair Bolsonaro, el sospechoso del crimen que terminó con la vida de la concejal (la más votada en las elecciones de Río de Janeiro en el 2016) visitó al entonces diputado Bolsonaro horas antes del crimen.
El testimonio resultó ser falso, tal como se comprobó luego con los videos del circuito cerrado de la casa.
Bolsonaro, entonces, hizo una transmisión en Facebook en la que mantenía su postura y negaba cualquier relación con el atentado. Y allí fue que empezó a apuntar a quienes lo habrían tratado de involucrar con el caso. Si las investigaciones eran secretas, ¿quién ventiló la declaración? Pues para el presidente fue Wilson Witzel, quien habría trabajado en complicidad con la policía.
Más tarde, el mandatario anotaría que Witzel, luego de usar a su hijo el senador Flavio Bolsonaro para llegar al poder, utilizaba las herramientas del Estado para perseguirlo.
“¿Por qué? Porque él tiene un sueño y una obsesión por ser presidente, y yo soy un obstáculo que hay que superar”, anotó.
Aunque Witzel negó todas las acusaciones, sus antiguos compañeros y aliados le dieron la espalda. El diputado federal Otoni de Paula, por ejemplo, afirmó que tenía “sed de poder”, que este no era un traidor sino “un especulador”, y señaló que en las reuniones solía ponerse una réplica de la banda presidencial.
Si hacía meses, Witzel y Bolsonaro mantenían buenas relaciones, en parte porque comulgaban en sus posturas políticas (ambos de derecha y con ideas similares en aduanas y seguridad), esta se había quebrado por completo. Las primeras grietas se dieron cuando el primero contó a Globonews que le interesaba la presidencia (a lo que el segundo anotó que solo se postularía en los siguientes comicios como opositor suyo), y por no reconocer el aporte de los Bolsonaro (Jair y Flavio) en su elección como gobernador.
Sumó bastante a la pelea que Witzel se haya opuesto públicamente a la respuesta de Bolsonaro a la pandemia. Él, al contrario del presidente, sí está de acuerdo con las medidas de confinamiento.
“Todo esto es parte de una persecución política”, afirmó Witzel.
TODOS LOS ENEMIGOS DEL PRESIDENTE
Joao Doria, gobernador de Sao Paulo quien recientemente dio positivo al coronavirus, también es uno de los enemigos del presidente Bolsonaro, aun cuando antes fue su aliado. ¿La razón? El manejo de la pandemia.
“El presidente Jair Bolsonaro [...] antepone la política y la ideología a la vida y la ciencia [...], continúa pensando que es una gripe y que no es grave –dijo al ‘Clarín’–. Bolsonaro no fue un líder [...], no dialoga con los gobernadores ni favorece el entendimiento”.
El medio también le preguntó por las elecciones del 2018, cuando Doria lo apoyó aun cuando su discurso era muy agresivo. Este respondió: “Me arrepiento de haber apoyado a Jair Bolsonaro [...]. El entonces candidato señalaba la perspectiva de un gobierno transparente, limpio y de combate a la corrupción [...]. [Ahora tomo] distancia de donde está Jair Bolsonaro, sus hijos y otros bolsonaristas, que son extremistas, así como de los extremistas de izquierda. Trajeron sufrimiento al pueblo brasileño”.
Una vez que Doria aprobó la cuarentena en Sao Paulo (medida replicada en Río de Janeiro por Witzel), Bolsonaro le declaró la guerra.
“En breve, el pueblo sabrá que fue engañado por estos gobernadores y por gran parte de los medios de comunicación en esta cuestión del coronavirus”, dijo el presidente al canal TV Record.
Habría que recordar que, a inicios de la pandemia, Doria anunció que Sao Paulo dejaría de pagarle al gobierno federal como respuesta a la nula acción de Bolsonaro para defender al pueblo del coronavirus. “Esos fondos [1500 millones de dólares en julio] irán en su totalidad para la salud pública. Se trata de salvar vidas y espero que el gobierno nacional así lo entienda”, se leyó en la resolución aprobada por Doria.
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