Más de 200 casquillos de fusiles de asalto regados en una zona remota y montañosa del norte de México son las últimas huellas de la tragedia que tuvo lugar en el estado de Sonora el lunes. El impacto por el asesinato de seis niños y tres mujeres a manos de un cártel de narcotráfico ha impactado no solo en territorio mexicano, sino también en Estados Unidos, por la impunidad con la que actúan las organizaciones criminales.
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Las víctimas, miembros de la familia LeBarón, procedían de La Mora, una comunidad agrícola remota donde los residentes se identifican como mormones, descendientes de antiguos miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD) que huyeron de Estados Unidos ante la prohibición a la poligamia impuesta por esa Iglesia en el siglo XIX.
La Mora, fundada en la década de 1950, cuenta con una población menor a las 1.000 personas con doble nacionalidad -la estadounidense y la mexicana- y está ubicada en un valle desértico rodeado por montañas a unos 110 kilómetros al sur de las ciudades fronterizas de Douglas, Arizona, y Agua Prieta, en el estado mexicano de Sonora.
MIGRACIÓN MORMONA
La migración mormona hacia México encuentra sus inicios en 1875 cuando el entonces presidente de la IJSUD, Brigham Young, lideró una misión de evangelización y búsqueda de lugares para establecerse en ese país. En 1877 se determinó que no era la mejor opción establecerse en ese territorio, debido al peligro que representaban las comunidades apaches de la zona.
John Taylor, sucesor de Young en el cargo, volvió a reconsiderar la posibilidad a inicios de 1880. Sin embargo, no fue hasta dos años más tarde, cuando el gobierno de Estados Unidos aprobó la Ley Edmunds que castigaba la poligamia, que la opción de salir del país comenzó a ser tomada en serio por el ala fundamentalista de la religión, la misma que aún practicaba el matrimonio plural.
Ante esto, grabdes grupos decidieron asentarse en colonias ubicadas al norte de México y en Canadá para evadir las leyes estadounidenses.
Para 1890 la IJSUD abandonó oficialmente la poligamia y en 1920 los líderes eclesiásticos lanzaron una campaña agresiva contra quienes aún la practicaban, excomulgando a algunos y aplicando disciplina eclesiástica en otros, explicó Matthew Bowman, profesor adjunto de historia y religión en la Claremont Graduate University de California, a la agencia de noticias AP.
COLONIA LEBARÓN
Entre los excomulgados de la IJSUD a causa de la poligamia figuraba Alma Dayer LeBarón, nieto del secretario confidencial de Joseph Smith, fundador del Movimiento de los Santos de los Últimos Días.
Al no tener una respuesta a la carta que envió pidiendo regresar a la IJSUD, Alma decidió emigrar hacia Colonia Juárez, donde había pasado gran parte de su infancia, junto a sus dos esposas y ocho hijos. En 1942 la familia se estableció en el municipio de Galeana, al noreste de Chihuahua, creando la Colonia LeBarón, según El Heraldo de México.
Por ese entonces habían al menos 12 grandes colonias de mormones en México, que lograron establecerse luego de que el gobierno de ese país les cediera espacios al norte. Las comunidades mormonas destacaron por sus amplias habilidades agrícolas, cultivando duraznos, manzanas y chiles pese al clima de la región.
El menor de los ocho niños que llegaron con Alma -quien tuvo un total de 13 hijos- fue Joel LeBarón. En 1955, tras la muerte de su padre, Joel y dos hermanos decidieron fundar la Iglesia del Primogénito de la plenitud de los Tiempos en Utah. Regresaron a México y la mayoría de su familia se unió a esta nueva escisión de la IJSUD.
A través de la endogamia durante generaciones, el apellido LeBarón se volvió común en La Mora, explica para AP Cristina Rosetti, experta y catedrática de fundamentalismo mormón. Pero como el nombre de la familia está tan ampliamente relacionado con la Iglesia, los residentes de La Mora se ven a sí mismos como “mormones independientes” para destacar que no tienen una conexión con la Iglesia del Primogénito de la Plenitud de los Tiempos, añade.
Aunque muchos de los residentes de La Mora creen en los principios del mormonismo convencional, también creen que “no deberían formar Iglesia, ni deberían estar organizados alrededor de un líder. Simplemente deberían ser mormones y vivir su vida mormona. Así son los habitantes de La Mora", dijo Rosetti.
Algunas de las familias que viven ahí siguen practicando la poligamia, aunque otras lo dejaron de hacer hace décadas, añadió.