Guanajuato es el estado con el mayor crecimiento promedio de su Producto Interno Bruto (PIB) en la última década según datos oficiales.
Pero al mismo tiempo en 2019, Guanajuato suma otro récord: es la entidad donde se cometieron más asesinatos en el país.
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De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el año pasado se registraron 4.494 homicidios.
Es una cifra mayor a la de estados con problemas de narcotráfico o donde existe guerra de carteles de las drogas, como Tamaulipas, Sinaloa o Guerrero.
No es el caso de Guanajuato, donde los especialistas atribuyen la violencia a peleas por el mercado de drogas en pequeñas dosis (narcomenudeo) y sobre todo por apoderarse del robo de combustible, conocido como “huachicoleo”.
“Hay una disputa feroz, barrio a barrio y a veces calle a calle por el control de esos mercados”, le dice a BBC Mundo Francisco Jiménez Reynoso, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.
El caso de Guanajuato es una muestra de lo que sucede en el resto del país, que en 2019 registró el mayor número de homicidios de su historia reciente: 34.582, un aumento de 2,5% con respecto a 2018.
Pleito político
Las organizaciones que disputan el estado son el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la banda conocida como Cartel de Santa Rosa de Lima, especializada en "huachicoleo".
Es una de las razones por el inédito aumento en la violencia de Guanajuato, coincide el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Pero también, añade, el estado necesita mayor respaldo del gobierno federal y en particular de la recién creada Guardia Nacional.
La corporación envió a la entidad más de 4.000 elementos pero "están mal distribuidos" y permanecen en sus cuarteles, asegura el gobernador.
“De nada sirve tener bases de operación con los elementos guardados, necesitamos que salgan a vigilar, a hacer operativos”, dijo a periodistas locales.
En respuesta, el gobierno federal asegura que existe poco apoyo de las autoridades de Guanajuato a las operaciones contra la violencia.
En diciembre pasado, por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que Sinhue Rodríguez es el jefe de gobierno estatal que menos asiste a las reuniones de seguridad que se realizan todos los días.
Se trata de encuentros entre autoridades estatales y representantes del Ejército y la Marina para atender los problemas cotidianos de violencia.
Es uno de los pilares de la estrategia de seguridad del gobierno de López Obrador.
Paraíso perdido
Más allá de la controversia política, lo cierto es que Guanajuato vive una inédita ola de violencia, impensable hace unos años asegura Jiménez Reynoso.
La entidad registra los mejores resultados económicos en los últimos diez años, asegura el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
Por ejemplo, durante la última década el PIB del estado creció 4% anual en promedio. En ese mismo período la economía en el resto del país aumentó 2,5% en promedio.
Guanajuato es además uno de los lugares más beneficiados con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En su territorio existen algunas de las mayores plantas armadoras que exportan miles de automóviles a Estados Unidos, con marcas como General Motors, Honda, Mazda o Toyota, por ejemplo.
También hay empresas que envían vegetales y otros alimentos al mercado estadounidense, y recibe además fuertes contribuciones por el turismo.
San Miguel de Allende, considerada por la revista Travel + Leisure como la segunda mejor ciudad del mundo para vivir, se encuentra en Guanajuato.
El estado no había registrado tales niveles de violencia desde la Guerra Cristera (1929-1932), que tuvo en la entidad uno de sus mayores campos de batalla.
"Era un lugar donde se respiraba tranquilidad, serenidad, paz y armonía en términos generales", recuerda el investigador Jiménez Reynoso. "Pero como un cáncer fulminante se expandieron los grupos de delincuencia organizada".
Guerra de bandas
Una de las razones de este nuevo escenario se llama "huachicoleo". En el estado existe la refinería de Salamanca, la segunda con más producción de las seis que hay en México.
De aquí se envía combustible al occidente y el noroeste del país. Varios ductos con gas, gasolina y diésel cruzan por su territorio.
En diciembre pasado, cuando empezó el gobierno de López Obrador, se detectó una amplia red de robo de combustible que incluía una manguera de tres kilómetros conectada a los tanques de almacenamiento de la refinería.
El responsable de este "huachicoleo" era el Cartel de Santa Rosa de Lima, llamado así porque sus fundadores son originarios de esta comunidad.
En enero de 2019, el gobierno federal aplicó una operación especial para combatir el robo de combustible, con soldados y marinos en la vigilancia de los ductos.
También se detuvo a varios de los líderes de la banda de Santa Rosa. La estrategia profundizó la batalla que desde hacía un par de años sostenía el grupo contra el CJNG coinciden especialistas.
En 2019, los ataques entre ambos grupos provocaron masacres como la ocurrida en un bar de Salamanca en marzo de ese año, que causó la muerte a 15 personas.
La violencia se mantuvo en los siguientes meses, inclusive con ataques a policías. El año pasado fueron asesinados 37 agentes en distintos lugares.
El 13 de diciembre pasado, por ejemplo, un grupo armado del CJNG atacó el cuartel de la policía en la cabecera municipal de Villagrán. Tres elementos fueron asesinados.
Dos semanas después en el municipio de Salvatierra aparecieron los restos de dos personas desmembradas.
En ambos ataques el CJNG dejó carteles con amenazas contra "El Marro", el alias de José Antonio Yépez fundador de la banda de Santa Rosa de Lima.
La guerra entre estas organizaciones difícilmente terminará en corto plazo, dicen especialistas. Y es que hasta el momento en Guanajuato ninguna de las bandas ha logrado dominar a la otra.