El embajador Betancourt junto a Nessma Alasttal y su hija, Wattan, en la sede diplomática del Perú en El Cairo.
El embajador Betancourt junto a Nessma Alasttal y su hija, Wattan, en la sede diplomática del Perú en El Cairo.
/ EMBAJADA DEL PERÚ EN EGIPTO
Renzo Giner Vásquez

“En medio de tanta situación trágica y de tanta violencia, llega una buena noticia”, celebra en comunicación telefónica con El Comercio el embajador peruano en , José Betancourt. No es para menos, pues luego de cinco semanas de incesantes bombardeos sobre la , la niña peruana que había quedado atrapada en el enclave palestino junto a su madre finalmente pudieron ser evacuadas.

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Nessma Alasttal y Wattan, su hija nacida en Lima hace 6 años, cruzaron el paso de Rafah hacia Egipto, donde fueron recibidas por el embajador Betancourt y una pequeña comitiva. Los últimos días, según narró la mujer al programa RPP Noticias, los pasaron escapando de los bombardeos que no han dejado de caer sobre Gaza desde que el 7 de octubre Israel le declaró la guerra a Hamás, en respuesta a los atentados terroristas perpetrados al sur del país hebreo.

No hay ningún lugar a salvo de los bombardeos”, contó la mujer, quien calificó de “casi un milagro” su evacuación.

Mientras Nessma y Wattan salían de su último escondite para dirigirse a Rafah, en El Cairo el personal diplomático peruano daba inicio a la última fase de su operación para sacarlas del enclave palestino asediado. El proceso había empezado semanas atrás, cuando el cuerpo diplomático consiguió acelerar el proceso para autorizar la salida y evacuación de ambas hacia Egipto, resaltando el riesgo que representaba la situación para Wattan.

Fue una cosa tremenda. Finalmente el lunes 13, junto al cónsul Giancarlo Pedraza y el funcionario de la embajada George Yacoub, nos desplazamos hasta la zona de frontera, que supone unas ocho horas de recorrido desde El Cairo. En el lugar ves a muchísimas personas de diversas nacionalidades y funcionarios de distintas embajadas que están buscando salir como sea de Gaza. Por eso lo considero un triunfo diplomático gracias al trabajo coordinado de las embajadas en Egipto e Israel y las instrucciones de la Cancillería”, explica a este Diario el embajador Betancourt.

Una vez en la zona tuvieron que pasar otras ocho horas realizando diferentes trámites. “Al tratarse de una zona en riesgo solo me permitieron llegar hasta cierto punto, pero el cónsul pudo avanzar más. Lo importante es que finalmente se logró lo que buscamos durante tantos días, que era tener a la niña y a su madre aquí. Fue una gran emoción encontrarnos en persona”, agrega el diplomático.

El embajador Betancourt, el cónsul Giancarlo Pedraza y el funcionario George Yacoub posan junto a Nessma Alasttal y su hija, Wattan, en la zona de frontera luego de que evacuaran de Gaza.
El embajador Betancourt, el cónsul Giancarlo Pedraza y el funcionario George Yacoub posan junto a Nessma Alasttal y su hija, Wattan, en la zona de frontera luego de que evacuaran de Gaza.
/ EMBAJADA DEL PERÚ EN EGIPTO

Una vez a salvo, Nessma narraría el infierno que vivieron durante las últimas semanas. En Gaza, asegura, “no teníamos luz, no hay agua, no hay petróleo, muchos hospitales han cerrado”. Además, en un punto del conflicto debieron abandonar su casa porque no había ningún lugar seguro frente a los ataques.

Ellas nos relataron sobre su vida allá, el temor que tenían de que en cualquier momento podía pasar algo, pero ahora siento que poco a poco están recuperando la sonrisa”, asegura el embajador.

Ahora la mujer y su hija se encuentran descansando y recuperándose en El Cairo a la espera de partir hacia Lima “en un lapso no mayor de dos días”, según el diplomático.

El embajador Betancourt explicó a El Comercio, además, que la familia de la ciudadana chimbotana Feker El Alabi, quien se encuentra aún en Gaza junto a su esposo, de nacionalidad palestina, y sus tres hijos, de 10, 13 y 17 años, ha decidido permanecer en el enclave.

Es una decisión libre y voluntaria que tuvimos que aceptar. Yo hablé con ella cuando estaba camino a la zona de frontera, le insistí para evacuar porque se lo habían autorizado junto a sus hijos. Sin embargo, ella me dijo que se quedaba. No sé si cambiará de opinión en dos, cuatro o cinco días, pero si lo hace nosotros volveremos a realizar el operativo para recibirla y atenderla”, señaló.

La misma decisión han adoptado las hermanas María del Pilar Llerena y María del Perpetuo Socorro Llerena, nacidas en Arequipa y monjas de la orden religiosa de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará. “Las hermanas religiosas me expresaron una y otra vez que no desean salir de Gaza porque tienen un compromiso con Dios, su fe y la asistencia a personas indefensas. Ellas son admirables”, dijo.

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