Desde las muertes de tres estudiantes judíos y un adolescente palestino a manos de grupos religiosos extremistas enfrentados, la relación entre Israel y la franja de Gaza se ha vuelto cada vez más violenta.
A pesar de que los ciudadanos intentan continuar con sus vidas y olvidar las posibilidades que explote nuevamente el conflicto que arrastran históricamente, eso resulta un sueño.
La situación de violencia es irremediable. La noche de ayer, una boda en Ashod, al sur del estado hebreo, fue interrumpida cuando restos de un misil cayeron exactamente en el jardín donde se llevaba a cabo la ceremonia.
El pánico se expandió cuando las alarmas del sistema de defensa Cúpula de Hierro —con el que Israel cuenta para interceptar mísiles que provienen de la franja de Gaza—, comenzaron a sonar. Segundos después, el cohete enemigo explotó en el cielo y los rezagos terminaron en el patio de la boda.
CÚPULA DE HIERRO
Este es un sistema compuesto por un "cerebro" computarizado y lanzamisiles. El radar del sistema capta de dónde salió el cohete que se debe interceptar, de qué tipo es y dónde caerá, tras lo cual ordena cuál de las dos o tres partes de la batería armada (ubicada cerca al radar) lanzará el misil correspondiente para interceptar en el aire al misil antes de que explote en territorio israelí.
En ese corto lapso, el sistema también puede decidir, de acuerdo con la interpretación del radar, que la batería no sea activada, en el caso de que el misil enemigo cayese en campo abierto o en otro punto no habitado.