La comunidad musulmana se prepara estos días para celebrar el Eid al Adha, o la "Fiesta del cordero" en la que se sacrifica a un cordero o una vaca como sacrificio y obediencia a Dios.
La tradición recuerda un pasaje de los libros sagrados de la Biblia y el Corán en el que Abraham accede a sacrificar a su propio hijo como muestra de obediencia a Dios, que interviene para entregarle un cordero para sacrificarlo en su lugar.
Durante estos días los devotos se acercan a los principales mercados ganaderos para elegir el animal que quieren sacrificar, una tradición en la que lo principal es elegir al animal más grande y saludable.