Kabul. Un atentado suicida contra una reunión de académicos religiosos que celebraban el nacimiento del profeta Mahoma en un salón de bodas de Kabul causó unos 43 muertos y 83 heridos.
La masacre fue provocada por un insurgente que se inmoló en plena sala mientras los académicos religiosos o ulemas recitaban lecturas del Corán, explicó el portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid.
El portavoz lamentó que los dueños del local no hubieran coordinado con la policía la seguridad del recinto, lo que permitió al terrorista entrar a la sala con facilidad.
Las víctimas son "hombres y civiles", detalló el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Wahidullah Majroh.
Lugares públicos, restaurantes y otros centros de recreo del país se encontraban repletos para conmemorar el nacimiento de Mahoma.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el atentado perpetrado por "los terroristas enemigos del islam" y lo calificó como "un crimen imperdonable", según un comunicado.
"Es un crimen contra el islam y la humanidad (...), los terroristas, una vez más, han actuado en contra de las enseñanzas del profeta", concluyó Ghani.
El Gobierno afgano ha declarado el miércoles día de "luto nacional" en honor a los "estudiosos religiosos y otros compatriotas" que perdieron la vida "en el trágico ataque terrorista".
La misión de la ONU en Afganistán (Unama) también condenó el atentado, que se produjo "cuando comunidades en todo Afganistán celebraban un día de especial significado religioso".
De momento, ningún grupo insurgente ha reivindicado la autoría del ataque.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid negó a través de un comunicado la participación del grupo insurgente, al tiempo que aseguró que el Emirato Islámico, como se hacen llamar a sí mismos los talibanes, "condena enérgicamente los ataques contra civiles y reuniones religiosas".
"Tales crímenes muestran que círculos maléficos y destructivos emplean asuntos controvertidos como una oportunidad para mostrar sus malvados rostros y matar sin piedad a los musulmanes", aseveró.
Este año Kabul ha sido escenario de múltiples atentados, el último de ellos de envergadura la semana pasada cerca de una concentración de protesta de cientos de miembros de la minoría chií hazara, que dejó al menos tres muertos y ocho heridos.
El atentado más grave fue el registrado en enero pasado, cuando los talibanes hicieron estallar una ambulancia bomba cerca del antiguo Ministerio de Interior, donde aún operan algunas dependencias oficiales, que causó más de un centenar de muertos.
Detrás de estos atentados suele estar el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El ataque suicida de Kabul se produjo además después de que la semana pasada se reunieran en Catar representantes talibanes y de Estados Unidos para tratar de negociar un acuerdo de paz para poner fin a 17 años de conflicto afgano.
La última reunión en Catar se produjo tras la segunda ronda de consultas sobre el conflicto afgano en Moscú, en la que estuvieron presentes representantes de los talibanes y del Alto Consejo para la Paz de Afganistán, si bien no estuvo el Ejecutivo de Kabul.
"Los afganos se encuentran determinados en tomar el camino de la paz y alcanzar la estabilidad (...) y los enemigos de la paz no pueden obstaculizarlo", aseguró en un comunicado tras el atentado el Alto Consejo para la Paz de Afganistán.
Los talibanes y el Gobierno de Kabul se reunieron en 2015 en Pakistán en su primer y último encuentro hasta la fecha, ya que el proceso quedó suspendido semanas después cuando se conoció la muerte dos años antes del mulá Omar, líder del movimiento insurgente.
Fuente: EFE