A sus 24 años, Mélienne ya ha sufrido la pérdida de un hijo. Eran las 8:29 de la mañana del sábado 14 de agosto y se encontraba en el mercado del pequeño pueblo pesquero de Pestel cuando la tragedia se desató. El violento terremoto de magnitud 7,2 sacudió todo el sur de Haití. Cuando el movimiento paró, Mélienne corrió a casa. Un vecino la recibió con el cadáver de su bebe de 18 meses en brazos. Un nuevo desastre se cernía sobre Haití.
Ha pasado un mes desde el terremoto y las cifras oficiales registran 2.248 muertes, 329 desaparecidos y más de 12 mil heridos, lo cual lo convierte en el desastre natural más mortífero del 2021.
LEE TAMBIÉN: “Esto es un desastre humanitario”: la angustia en Haití por el retraso en el rescate a una semana del terremoto
Juan Haro, especialista en comunicaciones español que desde hace 6 años trabaja con Unicef, llegó al país caribeño pocos días después del movimiento sísmico y no se fue de allí hasta el último fin de semana. Gracias a él, El Comercio pudo conocer la historia de Mélienne y la situación que se vive actualmente en el golpeado país.
“Creo que desde Unicef nos podemos dar una palmada en la espalda porque conseguimos estar en menos de 24 horas en los tres hospitales que recibían, de 20 en 20 personas, a los heridos durante las primeras horas y apoyamos al personal con material médico. En cuanto a la deuda (con Haití), hace falta más, a medida que visitamos más pueblos vemos más necesidad y notamos que no tenemos capacidad para ayudar a todos al mismo nivel, a la misma velocidad, con la misma cantidad de kits. Solo con ayuda de la comunidad internacional y de quienes nos apoyan podremos responder lo más rápido posible”, comenta a este Diario.
- Una semana después del terremoto, los supervivientes de Haití luchan por conseguir agua y comida
- Saquean cuatro camiones que transportaban ayuda en una carretera de Haití | FOTOS
- Los hospitales haitianos siguen recibiendo heridos del terremoto del sábado
Haro ha llevado su lente por países como Burundi, Chad o Níger, registrando situaciones sociales extremas y el apoyo que brinda la agencia creada en 1946 por la ONU para velar por la infancia y la juventud.
“El tiempo no lo hace más fácil”, confiesa. “¿La imagen que tengo de cuando recién llegué? Apocalíptica, huesos rotos, cráneos expuestos”.
Como si de una maldición bíblica se tratara, en solo cinco semanas Haití -un país que ya había sido devastado por un violento terremoto a comienzos del 2010- vivió el asesinato de su presidente Jovenel Moïse, una ola de violencia de pandillas en sus calles, el terremoto, el paso de la tormenta tropical Grace y todo ello sin olvidar a la pandemia de COVID-19.
Los trabajadores humanitarios, tal como explica Haro, tampoco están libres de estos riesgos. “Una de las primeras cosas de las que te advierten al llegar es de cómo han aumentado los secuestros en Puerto Príncipe”, explica.
Infancia y resilencia
Unicef estima que más de medio millón de niños se han visto afectados por este terremoto, principalmente por la destrucción de sus escuelas.
“Las que no han sido destruidas están en pésimas condiciones. Ahora mismo el mayor riesgo es que los niños se hagan adultos demasiado rápido. Son niños, deben jugar, aprender, estar con su familia, amigos, tener sus vacunas o ir a la escuela. Pero los colegios están destruidos, eso es un riesgo altísimo para los niños, un riesgo que va desde la desnutrición hasta que puedan caer en bandas criminales”, comenta Haro.
Sin embargo, una de las principales cosas que pudo notar durante su recorrido por el país fue que el dolor solía llegar acompañado de una fuerza inexplicable.
“La resiliencia de los mismos haitianos hará que esto sea diferente a lo que vivieron en el 2010. No esperan a que llegue la ayuda extranjera, al día siguiente del desastre se levantaron para comenzar a remover los escombros e intentar reconstruir el país. La juventud es la encargada de construir este nuevo Haití que todos queremos”, afirma.
Haro, además, rescata nuevamente la historia de Meliénne para graficar la lucha diaria de los sobrevivientes.
“Volvimos a verla, la acompañamos a un barco que debía tomar para visitar a otra hija que estaba recuperándose de las heridas en el terremoto. Ella perdió a uno de sus tres hijos, la más pequeña. Hablando con ella nos contaba que a pesar de todo el calvario, el trauma y la depresión seguía teniendo dos niños preciosos de los que tenía que cuidar y que la necesitaban. Hemos visto recuperación física, aunque aún no psicológica ni estructural”, señala.
Una tibia esperanza
Pese a toda la tragedia, Haro confiesa guardar esperanzas para el futuro de Haití. La razón fue tan simple como una sonrisa.
“Hace unos días estuve en un centro de apoyo psicológico y nutricional para niños víctimas del terremoto. Fue la primera vez en todo el mes que vimos a los niños reír, sudar, correr, comer, leer, hacer los deberes en el centro. Eran niños de 4 a 16 años. Moralmente fue un subidón verlos así, no habíamos tenido un momento alegre hasta entonces. Ver que estamos poniéndonos a edificar varios hospitales y centros de salud, que estamos reconstruyendo colegios y ver que la respuesta va un poco más”, recuerda desde Nueva York, a donde regresó el último fin de semana luego de ser relevado en el terreno.
Sin embargo, aclara, la esperanza debe llegar acompañada del apoyo internacional.
“Podríamos hacer más. El terremoto fue el sábado 14 y el día 15 tomaron Kabul, en Afganistán. Creo que eso eclipsó casi totalmente la noticia de la tragedia en Haití. Muchos pensaron que fue otra desgracia más en Haití, pero cuando revisas las consecuencias notas que es una tragedia humanitaria con mayúsculas. La ayuda está llegando a cuentagotas y lentamente. No podemos mirar a otro lado, a pesar de lo que ocurre en otros países debemos seguir ayudando a Haití. Sabemos que están en una zona llena de fallas geográficas, así que se debería pensar en construir pensando que en 10 años o menos puede suceder de nuevo. Se puede hacer más y hay que hacer más”, añade.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Elecciones PASO 2021 en Argentina: Contundente derrota del kirchnerismo
- Lo que debes saber sobre el referendo revocatorio del gobernador de California
- La humillante salida de Estados Unidos de Afganistán a 20 años del 11-S
- Cómo el 11-S afectó el liderazgo de Estados Unidos en el mundo
- Portugal le dice adiós a la mascarilla obligatoria en la calle: “Era el momento ideal”