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Milagros Asto Sánchez

El presidente encargado de , , había asegurado que la ayuda humanitaria entraría a su país sí o sí el 23 de febrero. Sin embargo, la promesa no pudo ser cumplida debido a la brutal represión desplegada en la frontera por el régimen de , que no dudó en quemar camiones con alimentos y medicinas con tal de impedir su ingreso al país. 

El día terminó con el repliegue de los cargamentos de ayuda humanitaria que se salvaron del fuego y con la muerte de al menos 14 personas, según la oposición venezolana.

El analista político venezolano Luis Nunes habló con El Comercio del resultado de la jornada y sobre qué debe hacer ahora Guaidó para no perder lo avanzado en su primer mes como presidente encargado.





—¿Es una derrota para Guaidó que se impidiera la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela?

No. La estrategia era demostrarle al mundo que el régimen es un narcorrégimen y una dictadura y esa es la prueba. El haber destruido camiones, asesinado a nuestros originarios indios pemones en el sur del país y detenido a muchísima gente es una prueba de que Venezuela vive una dictadura. Ahora el mundo verá con otros ojos a esos que todavía decían que era un gobierno democrático. No es que el señor Guaidó gane o pierda, simplemente le quitó la careta al régimen.

—La jornada era vista como un termómetro para medir la lealtad de los militares. ¿Cuál fue el resultado?

Es terrible que un grupo de militares asesine, maltrate e incendie camiones que llevan salud, medicina y alimentos para su propio pueblo. El pueblo se une tratando de recibir alimentos y salud y un grupo de militares, sobre todo los que están muy bien pagados, dan órdenes para asesinarlo. Es un duro golpe para el régimen. Más de 60 militares abandonaron a Maduro y creo que en los próximos días vamos a ver más bajas a distintos niveles.

—¿Cuál es el principal desafío que tiene ahora Guaidó?

Guaidó se está portando como un estadista y está recibiendo la solidaridad de muchos países. Lo que pasó ayer lo va a seguir fortaleciendo. 

—¿Qué pasa si es detenido? ¿Ve posible ese escenario?

Esto no es el 2017, la coyuntura con la cual juró Guaidó el 23 de enero es otra. Hay un usurpador en el gobierno de turno, pero el verdadero presidente interino es el señor Guaidó. Lo maten o lo metan preso, el pueblo ya le perdió el miedo a la calle. La situación no tiene vuelta atrás.

—¿Cómo puede responder la comunidad internacional a lo que pasó?

Lo que se hizo con los camiones de alimentos es un crimen de lesa humanidad, me imagino que el Grupo de Lima se va a pronunciar y la Unión Europea también. A Maduro le queda poco tiempo. Hay motivos suficientes para llevarlo con más denuncias a la Corte Penal Internacional. A pesar de mostrar su zarpazo y sus dientes feroces, el régimen se está ahogando en su propia venganza.

—¿La opción de una intervención militar ha adquirido fuerza?

Yo coincido con Guaidó. Todas las opciones están sobre la mesa y cualquier cosa puede pasar.

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