Indecopi confirma sanción a Rimac por información inexacta
Indecopi confirma sanción a Rimac por información inexacta
Redacción EC

ALEJANDRO FALLA JARA

Abogado y profesor de Regulación y Competencia en la PUCP y en la UP

Hace poco varios distritos de Lima sufrieron cortes repentinos de luz. Nos hicieron recordar la canción de los Nosequién y los Nosecuántos, y la época en que la velita y la tacita (para uso en la ducha) eran inseparables compañeras. 

El sufre un apagón desde hace cuatro meses. Nadie les ha cortado la luz, pero no pueden trabajar como deberían. No se trata de una huelga de brazos caídos o de falta de compromiso de sus funcionarios. La Sala de Propiedad Intelectual del tribunal se ha quedado sin sus integrantes. Todos han cesado en sus funciones sin que hasta la fecha se haya designado a sus reemplazos. Los expedientes se acumulan “a la espera de que llegue la luz”. 

Es cierto. Se han tomado medidas para evitar que el daño sea mayor, forzando a otros funcionarios a asumir responsabilidades que les son ajenas. Dichas medidas lamentablemente tienen el mismo efecto que las velitas misioneras durante un apagón. 

¿Y por qué no reconectan la luz? Aquí, por suerte, el no tiene vela alguna: ya bastante trabajo tienen con las designaciones de los integrantes del y del defensor del Pueblo, que aún siguen pendientes. 

La designación de los miembros del tribunal del Indecopi está en manos solo del presidente de la República. El proceso difiere del que se aplica en la designación de los integrantes del consejo directivo de los organismos reguladores, donde –con sus defectos– existe un concurso abierto y transparente. Aquí todo ocurre tras bambalinas. Todo depende de la voluntad de una sola persona (no importa si es hombre o es mujer). El proceso y su final resultan impredecibles.

El Ejecutivo ha mostrado interés en remover barreras burocráticas que afectan la inversión. Aquí tienen una y bien grande. Procesos de designación de funcionarios que demoran, son oscuros o impredecibles, no ayudan a la inversión. Y menos cuando se trata de funcionarios que tienen a su cargo el reconocimiento y protección de derechos (marcas y patentes) que son vehículo natural de las inversiones. De nada sirve promover concursos de inventores o simplificar trámites para el registro de nuevos inventos (Patente Rápida, ver ) si los funcionarios a cargo de la adjudicación de esos derechos no han sido designados.

Si bien es importante completar las plazas vacantes, resulta aun más importante mejorar el proceso de designación de estos funcionarios. Ayudaría mucho si, como ocurre en otros lados (Chile, por ejemplo), se deja en manos del Banco Central de Reserva la selección y designación de la mayoría de los integrantes del tribunal del Indecopi. Esto haría más trasparente y predecible el proceso. 

Es probable que con este esquema se evalúe más la capacidad de los candidatos que su cercanía a los gobernantes de turno. Este cambio en el proceso de selección y designación ayudaría también a motivar la participación de gente capaz y honesta que hoy no se anima a aceptar estos encargos, por temor a ser maltratada en un proceso de selección oscuro e impredecible. 

Si no hay un cambio sustancial en el proceso de designación de los miembros del tribunal del Indecopi, probablemente seguiremos recurriendo de cuando en cuando a las velitas misioneras. Esta vez, será para rezar a un santo (o a una santa) a ver si nos hace el milagro.