¿Le estamos pidiendo a los seleccionados algo que no pueden hacer? La respuesta es sí, porque hoy en día no les podemos pedir lo mismo que hicieron hace años, por el tiempo transcurrido, las bajas ligas competitivas a las que han llegado algunos jugadores, las lesiones que aquejaron a algunas piezas importantes o el epílogo de la carrera de un goleador.
Seamos conscientes de que la federación no se puso a analizar, en su momento, lo que ya está afectado, que es la no continuidad de un comando técnico exitoso que, si se hubiera mantenido, estaríamos más consolidados y no seguiríamos experimentando.
Ahora que se avecina la Copa América, nos da la sensación de que el país está menos ilusionado que lo que se acostumbraba. Estamos siendo testigos de lo que se está atreviendo a hacer el técnico Jorge Fossati y está generando mucha polémica con los medios internacionales al convocar a un jugador de 40 años y también al convocar a un futbolista que no tiene club y que viene de una larga ausencia por lesión.
Los periodistas chilenos han puesto en duda el trabajo de Fossati mencionando que está frenando a la selección peruana. Los mismos hinchas, desde un inicio, han manifestado sus dudas con respecto al sistema de Fossati, porque el desempeño del equipo no está cumpliendo lo esperado en la previa. Ahora, estamos empezando a confiar en un lento recambio generacional, la ‘sangre joven’, pero los nuevos seleccionados aún no tienen experiencia ni han demostrado que podrán hacer frente al desafío.
Conforme transcurren las horas, más me convenzo de que debemos mantener, ocurra lo que ocurra en EE.UU., sabia y sosegada calma. Quiero decir, por si no lo teníamos tan asumido: la vamos a pasar muy mal allá.
No es apresurado fatalismo. Lo que trato de expresar es que correspondería aceptar que lo más probable es que en esta competición nos toque vivir instancias tan apremiantes como desoladoras, ojalá mucho más en el trámite que en los resultados, y que no sacaremos nada positivo si decidimos entrar nuevamente en el pasional terreno de las histerias e intrigas. ¿Fossati se juega el puesto? A ver, pisemos pelota y ubiquémonos: somos últimos en las Eliminatorias y hoy estamos apenas comenzando con el DT uruguayo. Recién vamos a descubrir, además, qué tan listos están nuestros nuevos valores; o sea, Quispe por la izquierda, Cartagena por el medio y Reyna en el ataque.
No afirmo que estemos condenados de antemano porque, ya se sabe, el fútbol tiene sus propios misterios, pero lo que sí subrayo es que en este contexto de parcial renovación no contamos ni con equipo aceitado y futbolísticamente rodado ni con figuras del pasado en cierto estado de plenitud. Tenemos a los que mañana serán y, junto a ellos, a los que básicamente ya fueron.
Siempre devotos de la Divina Providencia, rezaremos, en todo caso, para que nuestra participación en EE.UU. suponga el penúltimo tango de Guerrero, el antepenúltimo coletazo de Cueva o, tal vez, la resurrección de Carrillo, pero no podemos perder de vista que estamos en desventaja, si hasta Canadá viene de jugar el último Mundial.
A diferencia de las copas del 2015 y el 2019 en las que subimos al podio, en esta ocasión se clasificarán únicamente los dos primeros de cada grupo, de manera que resulta fundamental no perder ante Chile. En la comparativa tenemos un poderío defensivo similar, pero en la parte ofensiva quedamos mal parados: mientras Alexis Sánchez sigue codeándose con la élite en el Inter de Milán, aquí seguimos esperando a Cueva. Por eso decimos que hay que mantener la calma, porque estamos intentando reconstruirnos y eso no va a ocurrir tan pronto como quisiéramos.