Alejandra Costa

Ya muchos han analizado lo muy distanciada de la realidad que estuvo la descripción que hizo el presidente sobre el estado de la economía peruana en su mensaje a la nación de Fiestas Patrias. Entre otras cosas, genera incomodidad que dijera que este año se repetirá el récord del 2021 en inversión privada, evitando detallar que eso significa que este año la inversión privada no crecerá o, posiblemente, caiga. Molesta que haya mencionado el retroceso de la pobreza en el 2021 como su gran logro pese a que no es solo atribuible a su y sin mencionar que el pronóstico, más bien, es que vuelva a aumentar este año.

Desconcierta que haya aludido al sector minero sin mencionar la caída de la producción ni plantear una estrategia para buscar que los conflictos sociales dejen de golpearla. En fin, indigna que haya tratado de pintar un escenario favorable para las familias peruanas cuando la gran mayoría vive en carne propia el incremento de la inflación y la caída de los ingresos cuando va al mercado y tiene que regresar con menos productos a su hogar.

Parece que el presidente piensa que sus palabras tienen poderes mágicos: si lo dice, así será y, si no lo menciona, es porque no existe.

Esto mismo se aplica a su situación legal. Pese a la acumulación de testimonios que coinciden en denunciar la existencia de una organización criminal en el Ejecutivo, Castillo opta por el silencio ante la fiscalía y por tratar de cambiar de tema en sus declaraciones públicas.

Pero esa estrategia no da frutos. En el caso de la economía, las expectativas empresariales, ya bastante pesimistas, empeoraron o se mantuvieron en sus bajos niveles en julio, según la encuesta mensual del Banco Central de Reserva (BCR).

Pero esa misma encuesta muestra lo que sí se puede lograr cuando un funcionario genera confianza. Las expectativas de inflación para los próximos 12 meses se redujeron en julio por primera vez en lo que va del 2022, en el mismo mes en el que la inflación anualizada, según el INEI, también bajó por primera vez en este año. Esto último había sido pronosticado por el presidente del BCR, Julio Velarde, y, a juzgar por el resultado de la encuesta, los agentes económicos le creyeron. Aún ambos indicadores se encuentran en niveles muy altos, pero la sensación es que la tormenta del alza de precios, por el momento, está menguando.

Esa es la importancia de generar confianza cuando se dirige una entidad o un país. El hecho de que nadie le crea al presidente Castillo –excepto un pequeño grupo de fieles– es lo que hace cada vez más insostenible a su gobierno y aún más lejana la posibilidad de que pueda mencionar algún 28 de julio reales logros en un mensaje a la nación.

Alejandra Costa es curadora de Economía del Comité de Lectura

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