Hora de competir por inversiones, por Andreas von Wedemeyer
Hora de competir por inversiones, por Andreas von Wedemeyer

Durante el período 2001-2013, la economía peruana creció a una tasa promedio anual de más de 6%, que generaba 320.000 nuevos empleos por año. Pero, en los últimos tres años, el PBI desaceleró su crecimiento a la mitad (3% anual) y su capacidad para crear empleo se redujo a la décima parte (30.000 nuevos empleos anuales). 

¿Cuál fue la diferencia? La inversión privada: mientras que entre el 2001 y el 2013 esta creció 12% anual, en los últimos 3 años disminuyó a una tasa media de 4% anual.  Hoy acumula 12 trimestres de sostenida reducción. 

La inversión privada es el motor del crecimiento, exportación, empleo y desarrollo. Por ello, 206 países compiten cada día por atraerla. Más aún, en el actual entorno global de desaceleración económica y menores precios de los commodities, cada vez más países aplican medidas para promover la inversión y combatir la competencia desleal. 

¿Nuestro país compite exitosamente por inversiones? No lo parece. De cada US$100 de inversión extranjera directa (IED) en el mundo, el Perú recibe solo US$0,50, y de cada 1.000 proyectos de IED, somos destino de solo cuatro. 

Para convertir al Perú en un país atractivo para la inversión y en una plataforma de exportación, como demuestra la evidencia internacional, es fundamental realizar acciones prioritarias en cuatro frentes: i) regulación laboral generadora de empleo formal, ii) tributación competitiva, iii) marco regulatorio promotor de la competencia y iv) aumento de la productividad (infraestructura, educación, innovación).

En el Perú, sin embargo, no se comprende aún la impostergable necesidad de convertirse en un imán de inversiones. Según un reciente estudio de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), comparado con países de la OCDE, la Alianza del Pacífico y economías emergentes como China e India, el Perú está en la cola en los citados frentes para atraer inversiones.

Si bien cuenta con fortalezas como su ubicación geográfica y estabilidad macroeconómica, dado este clima no competitivo, nuestro país no se inserta plenamente en cadenas globales de valor y no aprovecha los diversos tratados de libre comercio que hoy son autopistas de –prácticamente– una vía, con limitada salida de manufacturas (exportaciones), pero amplio flujo de entrada (importaciones). Así, un sector clave para el desarrollo como la industria, que representa el 13% del PBI y emplea a un millón y medio de peruanos, registra un retroceso de 7% en los últimos 3 años y una pérdida de 150.000 empleos desde el 2012.

Reconociendo que ello nos limita seriamente, a fin de crear oportunidades para los peruanos, el Ministerio de la Producción organizó en febrero pasado el Foro Reactivación Industrial, un evento sin precedentes que reflejó el compromiso del gobierno con la recuperación de la industria. Frente a seis ministros de Estado (PCM, Producción, Economía, Trabajo, Comercio Exterior y Salud), se puso en agenda pública la necesidad de convertir al Perú en un destino atractivo de inversiones y se debatieron propuestas técnicas de la SNI para reactivar la industria e incrementar la competitividad.  

Dichas propuestas se enmarcan en la consolidación del modelo de libre mercado que el Perú aplica hace más de dos décadas, resaltando la agenda pendiente para perfeccionarlo y adecuarlo a un entorno global de creciente competencia por inversiones.

Esta agenda tiene como ejes: i) la eliminación de los obstáculos transversales para invertir y crear empleo, y ii) la aplicación de condiciones para invertir similares a las que tienen nuestros principales competidores, nivelando el campo a todos los sectores económicos acorde con estándares internacionales. Como muestra, acciones exitosas para atraer inversión incluyen los casos de la agroexportación y la minería en el Perú o las más de 100 zonas económicas especiales –sujetas a compromisos de inversión y empleo– de Colombia.

Creemos que este foro es un punto de partida para que los sectores público y privado trabajen conjuntamente para la ejecución inmediata de acciones concretas que hagan del Perú un imán de inversión y foco de exportación manufacturera, una condición imprescindible para crear empleos formales y oportunidades para todos los peruanos.