En una de las tantas conversaciones que he sostenido con una amiga muy cercana, especialista en informática, salió el tema del famoso ChatGPT. ¿Qué es? ¿Cuál es su utilidad? ¿Es capaz de resolver problemas importantes en temas de salud? ¿Es confiable? A ambos nos pareció un tema revolucionario para su uso en la ciencia y la salud pública.
A grandes rasgos, el ChatGPT es un modelo de inteligencia artificial (IA) que ha revolucionado la forma en que esta se utiliza para resolver problemas complejos, gracias a su capacidad para procesar y analizar grandes volúmenes de información. Por eso, se los denomina LLM (large language models): estos sistemas son capaces de buscar datos precisos en Internet, crear material literario (poemas, ensayos e incluso textos largos) a partir de instrucciones sencillas, ayudar en la toma de decisiones, crear imágenes e incluso realizar cálculos complejos a partir de datos ingresados. Como vemos, su utilidad abarca múltiples asuntos que facilitan el uso de los buscadores de Internet y, además, usa el aprendizaje automático para recordar las preguntas y mejorar la experiencia de futuros usuarios.
Nuestra charla se concentró en la capacidad del ChatGPT para resolver problemas en temas de salud. Nuestra conclusión fue que sí podría. Las ventajas de utilizar redes neuronales para interrelacionar contenidos de bases de datos y correlacionarlos es lo que permite lograr una precisión casi humana en la respuesta. Entre las funciones que enumeramos que son de importancia para el personal científico y de salud están: i) la revisión de la literatura científica, pues el ChatGPT puede analizar rápidamente estudios científicos confiables en artículos publicados en revistas científicas indexadas (Scopus, MedLine, etc.), lo que ayuda a mantenerse al día con los últimos avances; ii) generar hipótesis basadas en datos existentes y, con ello, crear nuevas líneas de investigación; iii) apoyar como asistente en la detección de enfermedades y predecir su evolución a través del análisis de registros médicos y resultados de pruebas; y iv) mejorar la eficiencia en la toma de decisiones clínicas y la gestión de historiales médicos, resultando en una atención al paciente más rápida y precisa.
Por ejemplo, imaginemos que al consultorio de un médico especialista en inmunología y alergología llega un niño con erupciones cutáneas (eritrodermia) en todo el cuerpo, alopecia y un claro retraso en el crecimiento. El médico solicita una prueba de sangre y encuentra que los niveles de eosinófilos (un tipo de glóbulos blancos) están altísimos. Entonces, comienza a sospechar que podría ser una inmunodeficiencia; sin embargo, muchas otras suelen tener síntomas muy parecidos. Es en este momento cuando decide acudir al ChatGPT, a fin de sugerir más exámenes para completar el diagnóstico u obtener un diagnóstico con las evidencias con las que cuenta.
Es aquí donde el ChatGPT sugiere hacer uso de la imagenología para ver si hay un agrandamiento del hígado (hepatoesplenomegalia) y el bazo (linfadenopatía), resultando en un agrandamiento anormal de ambos órganos. Con estos síntomas, el médico presenta los resultados de su sugerencia al ChatGPT y este identifica rápidamente que se trata del síndrome de Ommen, una inmunodeficiencia combinada grave muy poco común. Teniendo el diagnóstico, el ChatGPT se aventura a hacer una búsqueda precisa en todas las revistas científicas con alto grado de confianza para dar pie con el tratamiento, da su opinión sobre un tratamiento primario basado en inmunosupresores (prednisona o ciclosporina) con la finalidad de bajar la inflamación excesiva (activación del sistema inmune) y trasplante de células madre hematopoyéticas (THP), que consiste en hacer un intercambio con donantes HLA (Antígeno Leucocitario Humano) compatibles.
Es cierto que, a primera vista, esta herramienta parece ser una maravilla. Sin embargo, es importante recordar que el ChatGPT es un complemento que no reemplaza el juicio de los profesionales de la salud y siempre debe usarse bajo la supervisión adecuada. De esa manera, está claro que el ChatGPT presenta soluciones valiosas para mejorar la experiencia de los buscadores de Internet para el personal científico y también para la atención médica de manera significativa. Pero debe ser utilizado con cuidado, considerando sus limitaciones éticas y prácticas.