"Desde finales de marzo venimos advirtiendo de la necesidad de tomar en cuenta el manejo de información al más alto nivel". (Ilustración: Giovanni Tazza)
"Desde finales de marzo venimos advirtiendo de la necesidad de tomar en cuenta el manejo de información al más alto nivel". (Ilustración: Giovanni Tazza)
José Incio

El miércoles de esta semana la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, informó sobre los resultados de la comisión encargada de revisar los datos de fallecidos por COVID-19. Así, oficialmente pasamos de 13.774 fallecidos a casi 18 mil. Es importante reconocer este esfuerzo del Gobierno por sincerar y transparentar las cifras, no obstante, otros estimados basados en la información del Sistema Nacional de Defunciones señalan que solo en Lima hemos superado los 20 mil fallecidos. ¿Cómo son posibles tales diferencias? ¿Cómo podemos evitar que la próxima crisis nos golpee tanto? Podemos ensayar cientos de respuestas, unas se enfocarán en la mejora de la infraestructura, otras en la reducción de brechas sociales y económicas, y algunas en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, existe un aspecto que no tomamos en cuenta y que es necesario para asegurar el éxito de cualquier reforma: el buen manejo de información.

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