
Durante años, la hemofilia en Perú ha representado un desafío constante para los pacientes y sus familias. La falta de acceso a terapias innovadoras, la dependencia de tratamientos tradicionales y las dificultades en la distribución han limitado las opciones para quienes viven con esta condición. Sin embargo, estamos en un momento de cambio. La reciente incorporación de Esperoct, un tratamiento de vida media extendida, marca un antes y un después en la calidad de vida de los pacientes con hemofilia A en el país.
La hemofilia es un trastorno de la coagulación en el que el organismo no produce suficientes proteínas llamadas factores de coagulación, esenciales para detener los sangrados. Como consecuencia, las personas con esta condición pueden sufrir hemorragias espontáneas, daño en las articulaciones y, en muchos casos, dolor crónico. En Perú, más del 57% de los pacientes con hemofilia A tienen la forma severa de la enfermedad, lo que los hace más propensos a sangrados frecuentes y complicaciones graves.
Hasta ahora, la única opción terapéutica disponible en el país eran los tratamientos basados en derivados plasmáticos, es decir, medicamentos obtenidos a partir de donaciones de plasma humano.
Estos tratamientos presentan tres grandes limitaciones que impactan la calidad de vida de los pacientes. Debido a su corta duración en el cuerpo, requieren hasta 182 infusiones al año, lo que supone una carga considerable para quienes dependen de ellos. Además, necesitan mantenerse en refrigeración constante, lo que no solo dificulta su distribución en zonas alejadas, sino que también representa un reto para los pacientes, quienes deben disponer de suficiente espacio en sus neveras para almacenarlos adecuadamente. Por último, estos tratamientos utilizan dosis estándar sin posibilidad de ajuste individualizado, lo que impide adaptarlos a las necesidades específicas de cada paciente.
La llegada este tipo de innovaciones representa un avance significativo en el tratamiento de la hemofilia A, ofreciendo una vida media extendida de hasta 19 horas, lo que permite reducir la frecuencia de inyecciones hasta en un 50% de las aplicaciones anuales, en comparación con los tratamientos plasmáticos que pueden requerir hasta 182 infusiones anuales. Gracias a su tecnología recombinante, no depende de donaciones de plasma y reduce la probabilidad de desarrollar complicaciones. Además, su flexibilidad en almacenamiento permite conservarlo hasta 3 meses a 40°C o 12 meses a 30°C, mientras que los derivados plasmáticos requieren refrigeración constante, lo que dificulta su portabilidad. También ofrece permitiendo personalizar las dosis el tratamiento según las necesidades individuales del paciente.
Asegurar que los pacientes con hemofilia tengan acceso a opciones terapéuticas modernas es un paso fundamental para mejorar su bienestar. Con este nuevo tratamiento disponible en el sistema de salud, los especialistas podrán evaluar la necesidad de cada paciente y priorizar su acceso según la gravedad de su condición.
Este avance no solo transforma la forma en que se trata la hemofilia, sino que abre la puerta a una mejor calidad de vida para los pacientes, con menos restricciones y mayores oportunidades. En un país donde el acceso a la salud sigue siendo un reto, garantizar terapias innovadoras no es solo una cuestión de tratamiento, sino de dignidad y equidad en el sistema de salud.
Es momento de mirar hacia adelante y trabajar juntos para que cada persona con hemofilia en Perú reciba la atención que merece. Porque la innovación en salud no solo salva vidas, sino que les da a los pacientes la oportunidad de vivir con mayor libertad y bienestar.