Urpi Torrado

El trato a la mujer es un motivo de vergüenza (57%) para la mayoría de peruanos, según la encuesta de Datum y El Comercio publicada en mayo del presente año. Si bien no es lo único que avergüenza a la población encuestada, sí debiera ser motivo de reflexión, pues, aunque la lucha por la haya avanzado en algunos aspectos, los desafíos persisten.

El trato a la mujer es un reflejo directo de los valores y la ética de una sociedad. Este concepto abarca no solo la manera en que se reconoce y respeta a las mujeres en el ámbito público y privado, sino también cómo se les ofrece igualdad de oportunidades y se protege su bienestar. Un trato equitativo implica garantizar que las mujeres tengan el mismo acceso a educación, empleo, salud y participación política sin enfrentar discriminación ni violencia. Además, involucra el reconocimiento y la valorización de las contribuciones de las mujeres en todos los sectores de la sociedad, promoviendo un entorno donde puedan desarrollar su potencial plenamente. Por lo tanto, cuando los peruanos manifiestan vergüenza por el trato a las mujeres, esta respuesta no solo está relacionada con la violencia hacia la mujer, sino también con la falta de equidad en los distintos ámbitos.

Según la encuesta mundial de WIN, en la que Datum participa, la política es uno de los ámbitos en el donde se percibe que la equidad de género aún no se ha alcanzado plenamente. Las mujeres siguen estando subrepresentadas en cargos de liderazgo y toma de decisiones. La eliminación de la ley de paridad horizontal, que había sido un esfuerzo para asegurar una representación equitativa de hombres y mujeres en las listas de candidatos, representa un retroceso en la lucha por la equidad de género en la política peruana.

Aunque en el trabajo pareciera que la es menor que en la política, la realidad para muchas mujeres en el ámbito laboral sigue siendo difícil. El mismo estudio registra que el 39% de las mujeres en el Perú sienten que tienen menos oportunidades laborales que los hombres y un porcentaje similar (41%) manifiesta tener un salario menor a pesar de realizar el mismo trabajo, lo que se traduce en desigualdad en el acceso a puestos de trabajo y en la posibilidad de ascender en sus carreras.

Además de la falta de equidad en los distintos ámbitos, un preocupante 16% de las mujeres en el Perú manifiesta haber sufrido algún tipo de violencia, con mayor incidencia en las regiones sur y centro del país. Este alarmante dato refleja la persistente vulnerabilidad que enfrentan las mujeres, agravada por contextos de desigualdad y falta de protección efectiva. Asimismo, casi dos tercios de las mujeres sienten temor al caminar por las noches, una clara indicación de la inseguridad y el constante riesgo al que están expuestas en su vida diaria.

Estas cifras son un reflejo claro de una sociedad que aún lucha por integrar la equidad de género de manera efectiva en todos los niveles. La percepción sobre las brechas de equidad es diferente entre hombres y mujeres, lo que indicaría que, pese a los esfuerzos, todavía hay mucho trabajo de sensibilización por realizar. Por lo tanto, para transformar el trato a las mujeres en el Perú de una causa de vergüenza a un motivo de orgullo, es esencial que la sociedad en su conjunto se comprometa con la equidad de género y la erradicación de la violencia. Esto requiere un esfuerzo concertado para implementar y fortalecer leyes que protejan los derechos de las mujeres, promover su participación en todos los ámbitos de la vida pública y privada, y fomentar una cultura de respeto e igualdad.


*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Urpi Torrado es CEO de Datum Internacional