Este enfriamiento de la economía, reflejado en el PBI de mayo, tiene su origen interno estatal –no hablo de factores internacionales o de la amenaza de El Niño– en una abortada estupidez en abril del 2013, cuando el Estado casi adquiere La Pampilla. Ese disparate estatista pulverizó la confianza empresarial y desde allí comenzó el incesante declive de la inversión privada local.
A mí sí me gusta buscar responsables y que la gente lo sepa. Por ejemplo, que las tan necesarias privatizaciones hayan sido detenidas en los 90 –¡hasta se dejó acéfala la Copri!– y que el costo del despido haya sido elevado (algo que de-sestimula la creación de empleo formal) fue responsabilidad del entonces ministro de Trabajo y ahora ‘gurú’ Jorge González Izquierdo. O que la inminente privatización de Sedapal haya sido detenida en agosto de 1994 por el viceministro Carlos Tsuboyama, lo que condenó a millares a consumir agua sucia y cara en baldes. O que el ministro Daniel Hokama haya frustrado Camisea en julio de 1998 (tal como JDC y la izquierda en 1988). Y que Fujimori fue el corresponsable al apoyarlos.
Quien originó la caída de la inversión privada con el absurdo de La Pampilla fue el entonces ministro de Energía Jorge Merino Tafur, y por eso de él tenemos que acordarnos en estos días cuando sintamos que nuestros bolsillos andan mal, así como un poblador sin agua debe acordarse de Tsuboyama, o todos los peruanos del dictador chavistoide Velasco y de toda su impune e infame galería de pésimos ministros militares (Mercado Jarrín, Leonidas Rodríguez, Fernández Maldonado, Tantaleán, Gallegos Venero, Morales Bermúdez, Dellepiani, Jiménez de Lucio, Carpio Becerra, Valdez Angulo, Sala Orosco, De la Flor Valle, Valdez Palacios, Artola, Meneses Arata, Gilardi, etc.) cuando nos preguntemos quién atrasó 25 años a nuestro país.
Pero también Ollanta (o Nadine) permitieron que este exabrupto prospere y son corresponsables. Y por eso Ollanta va a tener que dar el discurso de su vida este 28 de julio para levantar la inversión privada y evitarse una recesión. Se dice que anunciará el proyecto Tía María, pero necesita mucho más. Precisa a alguien en el MEF que encienda motores, tal como hizo Alan al sacar al equivocado Valdivieso y traer de nuevo a Carranza en enero del 2009, lo que nos evitó la recesión mundial (Ghezzi es muy ‘light’ para ese rol).
Claro que también hubo responsables desde la ciudadanía de cortar la velocidad de crucero que traía la economía peruana. Esos son todos aquellos que frustraron Conga con la fábula de unas metalizadas y pequeñas lagunas muertas. También los peruanos tenemos que acordarnos para siempre de Marco Arana, Gregorio Santos, Rocío SS, Carlos Monge, Ydelso Hernández, Eddy Benavides, Pedro Francke, Wilfredo Saavedra, José de Echave, etc., y de toda la maldita izquierda criolla como los otros coculpables de este frenazo económico.