El peso de la edad, por Alfredo Torres
El peso de la edad, por Alfredo Torres
Alfredo Torres

La edad de un candidato no es un factor determinante en una elección, pero puede ser más importante de lo que se cree. En la comparación entre candidatos jóvenes y veteranos se suele contrastar ideas nuevas con experiencia, energía con sabiduría, entusiasmo con prudencia. Normalmente, los electores buscan una combinación de estas cualidades pero, sobre todo, votan por alguien por quien sientan una cercanía emocional y a ello ayuda que no haya mucha distancia generacional. El lenguaje y la mayor o menor familiaridad con la tecnología diferencian a las generaciones.

El Perú tiene un electorado joven. Entre los que están obligados a votar, 57% tiene menos de 40 años. Los mayores de 70, que tienen voto facultativo, son poco más de 5% del padrón electoral. La edad promedio es 40 años. No debería sorprender que cuando se pregunta por la edad ideal para ser presidente de la República, la respuesta más frecuente sea entre 40 y 50 años.

Por lo general, las elecciones peruanas han confirmado esta preferencia por candidatos jóvenes o de mediana edad. Para encontrar excepciones es necesario regresar a 1980 en que Fernando Belaunde volvió al poder a los 67 años de edad. Lo que no se recuerda es que sus rivales eran también políticos veteranos. Armando Villanueva tenía 64 y Luis Bedoya 61. Quizá si se hubiese enfrentado a un buen candidato más joven otra habría sido la historia. El hecho es que Belaunde culminó su gestión a los 72 años muy desgastado y el electorado se fue al otro extremo y eligió a un candidato de 36 años, Alan García. 

Desde entonces, la ciudadanía se ha inclinado por candidatos de edad intermedia: Alberto Fujimori fue elegido a los 51, Alejandro Toledo a los 55, Alan García retornó a los 56 y Ollanta Humala ganó a los 50. Como referencia, la edad promedio de los gerentes generales en el Perú es de 51 años.

Es probable que en el estancamiento o declive de la intención de voto por Pedro Pablo Kuczynski (77), Alan García (66) y Alejandro Toledo (69) haya pesado la edad que ostentan, muy por encima de la edad promedio (40) y las preferencias de los electores, en contraste con lo que ocurre con Keiko Fujimori (40) y Julio Guzmán (45).  

El atractivo de la juventud se hace más potente en tiempos de renovación y cambio. En la España actual, por ejemplo, los rivales del presidente del gobierno Mariano Rajoy (60) son tres jóvenes políticos: Pedro Sánchez (43), Pablo Iglesias (37) y Albert Rivera (36).

En otros momentos, el líder del cambio puede ser de mediana edad, pero siempre es más fácil su victoria si el rival es mayor, como en Argentina, que Mauricio Macri (57) derrotó a Daniel Scioli (59). Naturalmente, siempre hay excepciones. En los últimos años, la más notable en la región fue la elección de Pepe Mujica en Uruguay a los 75 años.

En Estados Unidos, la tendencia también ha sido elegir candidatos de mediana edad. Fue el caso de Bill Clinton (46), George W. Bush (54) y Barack Obama (47). Esta vez, en cambio, podrían elegir a una persona de más edad. A la veterana Hillary Clinton (68) le ha salido al frente alguien incluso mayor, Bernie Sanders (74). A su vez, entre los republicanos, el puntero en las encuestas es el veterano Donald Trump (69), aunque algunos apuestan que al final será derrotado por uno de sus rivales más jóvenes, Ted Cruz (45) o Marco Rubio (44).

¿Cómo lograron Belaunde, Mujica y otros políticos ser elegidos a la presidencia en la tercera edad? No hay una fórmula única, pero en algunos casos se observa un cierto aire de patriarca sabio y en otros un liderazgo carismático. La historia personal es clave, pero también las circunstancias. En cualquier caso, el triunfo de una persona mayor es una excepción y las excepciones no ocurren fácilmente.