La excandidata presidencial Verónika Mendoza reapareció el pasado sábado en Cusco para hacer un llamado a la “insurgencia” y a desobedecer las leyes. Es decir, un llamado a desconocer el orden democrático.
Mendoza, dos veces candidata a la presidencia de la República, completó la inscripción ante el JNE del partido Nuevo Perú por el Buen Vivir, y el sábado, en un mitin, arengó a sus partidarios a cumplir tres tareas: “Movilización, insurgencia ciudadana y nueva Constitución”. “No podemos esperar al 2026″, dijo.
Desde Cusco, Mendoza sostuvo: “¡Insurgencia ciudadana! Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, nadie debe respeto a leyes espurias. [...] No tenemos por qué rendirle respeto ni ninguna pleitesía a este gobierno y Congreso mafiosos, nos tenemos que autogobernar siguiendo nuestros principios del buen vivir”.
Lo dicho por Verónika Mendoza no solo es inaceptable, sino que denota un irresponsable oportunismo político. Además de rayar en el delito. Si no cree en la democracia y plantea “autogobernarnos”, ¿por qué inscribe su partido ante el JNE?
Es más que evidente que lo que busca Mendoza es patear el tablero con un adelanto de elecciones y pescar a río revuelto, aprovechando la precariedad actual de las instituciones y el descontento ciudadano.
Haría bien la señora Mendoza en hacer un ejercicio de memoria para recordar que ella empujó la candidatura de Pedro Castillo que llevaba en la vicepresidencia a Dina Boluarte, y es por este motivo que ella actualmente ostenta el poder.
Tampoco debe olvidar su decidido apoyo al gobierno de Pedro Castillo pese a los evidentes indicios de corrupción desde que asumió el poder. Nunca la oímos decir: “Gobierno mafioso”.
Pareciera que la memoria de Mendoza es selectiva: ¿no fue ella la que, pese a las enormes diferencias, se subió al carro de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) en la segunda vuelta del 2016 por una parcela de poder? ¿No fue su grupo el que promovió una segunda moción de vacancia contra PPK en el 2018?
Tras las críticas generadas por este llamado a la insurgencia, Mendoza ha respondido invocando el artículo 46 de la Constitución: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador […]. La población tiene el derecho de insurgencia en defensa del orden constitucional”.
Lo que no dice la también exparlamentaria es que el actual gobierno –le guste o no– es constitucional y ella lo apoyó para que en la segunda vuelta llegara al poder. Pareciera que Mendoza añora a su compañero Pedro Castillo, que hoy está preso precisamente por subvertir el orden constitucional.
Resulta inaceptable que haya personajes como Mendoza que busquen usar la democracia para llegar al poder, pero que no respetan los pilares que la sostienen.