Keiko Fujimori aseveró que "más fácil" para ella sería “quedarse callada”, por lo que destacó que no la motiva ningún “tipo de cálculo político”.(Foto: Andina)
Keiko Fujimori aseveró que "más fácil" para ella sería “quedarse callada”, por lo que destacó que no la motiva ningún “tipo de cálculo político”.(Foto: Andina)
Editorial El Comercio

En política, bien sabemos, las acciones pueden llegar a ser mucho más elocuentes que los discursos o las proclamas. Por ello, a veces resulta más provechoso ponderar las intenciones de un político analizando su comportamiento antes que sus dichos.

La reflexión viene a cuento a raíz de la seguidilla de mensajes y entrevistas que la lideresa de (FP), i, ha dado en los últimos días y que inauguró el jueves pasado. Esa tarde, la señora Fujimori difundió un pronunciamiento en sus redes sociales en el que cargó contra el presidente por, según dijo, desatender los ‘problemas urgentes’ del país –como las heladas o la reconstrucción del norte– para formular una “reforma política populista” que debería aprobarse vía referéndum. En el video, además, la ex candidata presidencial aseguró que ella y el partido que preside se hallan “librando” una “batalla” por el “futuro de nuestro país”.

Sin embargo, este anhelo (la búsqueda de un mejor devenir para el Perú) parece reñido con las últimas acciones que tanto la señora Fujimori como sus correligionarios han llevado a cabo en estos días. Veamos.

El domingo, entrevistada en Canal N, la lideresa de FP reveló que había tenido dos reuniones con el presidente Vizcarra y que estas citas se habían conservado en secreto porque ella había entendido que su interlocutor “prefería mantener cierta privacidad”. Un día después, requerido por la prensa, el congresista de FP Luis Galarreta añadió que el entonces vicepresidente Vizcarra también se había reunido con “dirigentes” del partido antes de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Y ayer, el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, afirmó que él, en su calidad de representante del partido naranja, se había reunido con Vizcarra en febrero pasado, y que esa no fue la única oportunidad en que FP y Vizcarra se vieron antes de la dimisión de Kuczynski.

La pregunta, entonces, es bastante obvia; ¿por qué intempestivamente FP ha decidido sacar a la luz toda la saga de encuentros que habrían tenido el actual jefe del Estado y la señora Fujimori, según su versión incluso antes de que Vizcarra llegara a la presidencia? En honor a la verdad, la respuesta de que la señora Fujimori solo atendía a la pregunta de un periodista luce muy limitada. En realidad, lo que parece buscar esta descarga de revelaciones no es otra cosa que infligirle un golpe al Gobierno justo en el momento en el que la ciudadanía percibe, como lo recogen las encuestas, que este ha ganado la iniciativa de reformas ante un Parlamento cada vez más impopular.

En efecto, ¿cuánta transparencia puede pregonar la persona que, conociendo que el presidente Vizcarra no fue sincero el 9 de agosto cuando le dijo a una agencia internacional que no se había reunido con la señora Fujimori, no salió entonces a rectificarlo? ¿Por qué los dirigentes de FP, que al parecer estaban al tanto de los contactos entre el presidente Vizcarra y su partido, optaron por el silencio? ¿O acaso decidieron encarpetar aquella declaración entonces para sacarla cuando creyeran que había llegado el momento en que les sería útil? Esto último no es insignificante, pues evidenciaría que las preocupaciones que motivan los destapes de FP no son ni la transparencia ni la integridad, sino más bien el cálculo político.

Claro está que esto no debe quitarle el peso al hecho de que un mandatario haya optado por ocultar información ante una pregunta frontal.

Ahora, esta revelación extemporánea del fujimorismo aunada a las flacas explicaciones del Ejecutivo han reinaugurado una nueva confrontación política, circunstancia que, hasta donde sabíamos, todos queríamos dejar atrás luego del relevo presidencial. Si FP realmente está preocupado por el rumbo del Perú que revele de una vez todo lo que sepa sobre este tema. Si lo hace por episodios, no estará haciendo otra cosa que un jugueteo político.