El lunes, pese a lo resuelto por su propia secretaría técnica, la Comisión de Ética Parlamentaria decidió archivar el informe por el cual se recomendaba investigar a la congresista Luciana León (Concertación Parlamentaria) por las supuestas inconsistencias y contradicciones en relación con los pagos que realizó por la compra de dos departamentos y cuatro estacionamientos valorizados en más de un millón y medio de soles. Esta decisión nos sorprende, pues la legisladora León también viene siendo investigada por el Ministerio Público por el presunto delito de enriquecimiento ilícito por estos mismos hechos. Entonces, si habría indicios de que algo podría andar mal, ¿por qué no habría prosperado una simple investigación en una comisión parlamentaria?
Recordemos los hechos. La congresista habría realizado la compra de los referidos departamentos y cocheras (valorizados en S/.1’554.179) mediante dos créditos hipotecarios por S/.1’814.371 que iban a ser pagados en 25 años. Sin embargo, en menos de año y medio la deuda se habría reducido a tan solo S/.693.437. Es decir, en ese corto tiempo habría pagado S/.1’120.934 solo con su sueldo de legisladora de aproximadamente S/.15 mil. Sobre el particular, León señaló que en sus ocho años como parlamentaria habría conseguido ahorrar más de S/.1’467.526 entre remuneraciones, gratificaciones, CTS, bonificaciones y alquileres de los dos departamentos, lo que le habría amortizado la deuda rápidamente. Agregó que era “una persona bastante ahorrativa” y que cuando salía los fines de semana le invitaban, sugiriendo así que con lo poco que le quedaba podría vivir cómodamente.
Sin embargo, las razones por las que tanto el informe recomendó investigar y por las cuales la fiscalía abrió una investigación se basan en una serie de contradicciones e inconsistencias entre las declaraciones de León y la relación entre sus ingresos y gastos. El informe detalla que en sus descargos obvió mencionar una serie de gastos, en que resaltan la compra de una camioneta valorizada en más de US$36 mil el mismo año que compró uno de sus departamentos. Tampoco habría mencionado las donaciones realizadas al Partido Aprista del 2006 al 2013 ascendentes a S/.96 mil ni tampoco los gastos realizados en sus constantes viajes al extranjero, advirtiendo que salió del país en más de 50 ocasiones(solo seis de ellas financiadas por instituciones gubernamentales). Con todos estos gastos, surge la pregunta: ¿Cómo amortizó una deuda tan grande en tan corto tiempo? Además, ella se habría contradicho en declaraciones juradas que remitió a la contraloría y que la congresista León manifestó que utilizó gastos de representación otorgados por el Congreso para cuestiones personales, lo que constituye una clara falta ética.
En ese sentido, los argumentos para el archivamiento del informe por parte de la comisión resultan, por decir lo menos, extraños, debido a que el caso,después de los descargos de la congresista León, presenta más interrogantes que respuestas. Los congresistas Mauricio Mulder (Concertación Parlamentaria) y Martín Belaunde (Solidaridad Nacional), quienes votaron en contra de iniciar la indagación, sostuvieron que no debía abrirse una pesquisa contra la legisladora pues la comisión solo analiza la dimensión ética de la conducta de los legisladores y no sería necesario, ya que el caso ya se estaría analizando en la fiscalía (argumento no utilizado para investigar, por ejemplo, a los congresistas Gagó o Uribe). Rogelio Canches (Gana Perú), quien también votó en contra, sostuvo un argumento de lo más desvergonzado: el caso no debía investigarse porque el dinero que ganan los parlamentarios es privado.
Si bien aún no existen pruebas contundentes para emitir un juicio de valor totalmente acertado y veraz respecto a la relación de ingresos y gastos de la congresista León y un posible desbalance patrimonial, el informe de la secretaría técnica demuestra que una investigación por parte de la Comisión de Ética Parlamentaria era necesaria, no solo por el propio bien de la legisladora León (incluso ella solicitó ser investigada), sino por la propia imagen de su partido y del propio Congreso. La actitud de los congresistas que votaron en contra, y en especial la del legislador Mulder –quien ha sido uno de los más empeñosos en investigar a congresistas de otros partidos–, recuerda aquella frase: Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley.