Esta expresión sustantiva se consigna en el Léxico oficial (2014) como mejicanismo equivalente de viajante comercial, es decir, el “dependiente comercial que hace viajes para negociar ventas o compras” (íd.). Pero agente viajero también se documenta en nuestro castellano y el de varios otros países de la América hispana tales como Colombia, Ecuador y Bolivia. Véase un ejemplo de Luis Millones en referencia a un migrante: “Trabajó en la empresa de papeles Justus y luego como agente viajero, para, finalmente, terminar residiendo en Huancayo” (El Comercio, 6/10/2019).
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