Este verbo (del latín inter ‘entre’ y variāre ‘variar’) tiene la acepción transitiva de “mezclar, introducir algo entre otras cosas” (DRAE 2014). Pero en la América Meridional, el Perú incluido, se emplea también como intransitivo pronominal, entreverarse, y tiene el sentido de ‘mezclarse desordenadamente’, aplicado a personas, animales o cosas. Su postverbal, de uso difundido, es entrevero. Ejemplo de Vargas Llosa en La verdad de las mentiras: “… el entrevero de identidades entre quien narra y quien es narrado simboliza el colapso definitivo de la mente de Herzog” (Madrid 2002, p. 369).