"Se trata de medidas que van en línea con las prácticas que se observan a escala global".
"Se trata de medidas que van en línea con las prácticas que se observan a escala global".
Fernando Cáceres Freyre

En el Perú, enfrentamos una dificultad –adicional– para detener el avance del COVID-19:

“No puedo dejar de generar ingresos. Gano entre 30 y 35 soles al día y tengo tres hijos”; “No sé si la cumpliría porque tengo un hijo de 8 años que mantener… Seguiría vendiendo mis marcianos, aunque sea un riesgo” (“Perú 21”).

Si siete de cada diez trabajadores laboran en la informalidad, no tienen ahorros y viven con lo que ganan a diario… ¿cómo esperamos que cumplan una cuarentena? ¿Cómo esperamos que detengan sus actividades para siquiera esperar a que el Minsa les haga la prueba? Por proteger a sus familias del hambre, terminarán desprotegiéndolos del virus (y arriesgándonos a todos). Además, hay que tener en cuenta que los peruanos están desacostumbrados a cumplir las normas y son muy desconfiados, un combo que resulta preocupante: necesidad económica, anomia y desconfianza.

Hasta ahora, el Gobierno viene adoptando medidas económicas en dos líneas. Ha destinado recursos para atender la emergencia y para dar soporte económico a las personas y mipymes. Así, por ejemplo, ha dispuesto el aplazamiento de pago del Impuesto a la Renta, subsidio desde el primer día de parte de Essalud a los pacientes –asegurados– que estén diagnosticados con el virus, la entrega de un bono de S/380 a 3 millones de hogares en pobreza y pobreza extrema, etc.

Se trata de medidas que van en línea con las prácticas que se observan a escala global. El Gobierno Chino implementó medidas para apoyar a empresas como exenciones fiscales y extensiones de préstamos. El ministro de Finanzas de Hong Kong anunció que su Gobierno otorgaría US$1.280 de subsidio a los residentes permanentes del territorio cuyas finanzas se habían visto mermadas por la epidemia. Corea está permitiendo extensiones del IVA (IGV) a las empresas en los sectores afectados, y Grecia suspenderá el IVA a finales de marzo por cuatro meses.

Mientras que España implementó reducciones de impuestos a mipymes y trabajadores independientes, Italia suspendió pagos de hipotecas. Por último, en Argentina se implementarán subsidios para los sectores de menores ingresos, y en Mendoza se van a gestionar créditos para las pymes y a desarrollar un programa para la economía informal.

En resumen, a escala global se observan facilidades tributarias, subsidios focalizados y hasta intervenciones regulatorias (hipotecas). Algo muy similar a lo que viene ocurriendo acá, y que el sector privado pareciera estar reforzando (algunos bancos han ofrecido la posibilidad de renegociar los créditos).

Los reflejos del Gobierno en el plano económico son aplaudibles. El reto ahora está en ejecutar esas medidas tan rápido como sea posible. Mientras más se demore la ejecución, considerando lo desconfiado que es el peruano, peor será la anomia respecto de la cuarentena.

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