En el tan discutido discurso presidencial del 28 de julio hubo un párrafo que pasó quizá desapercibido para muchos, pero que en nuestra opinión tiene una importancia fundamental. Aquel en que señaló que se pondrá énfasis en la enseñanza del inglés en todos los niveles de la educación del país.
Esta declaración nos parece muy importante porque así el gobierno pone en relieve la orientación a una mayor apertura internacional del país. No se trata de una simple declaración, como “fomentaremos la internacionalización”, sino de una afirmación concreta de esa dirección, apoyando el desarrollo de un instrumento específico para lograrlo.
¿Es realmente necesario el inglés para desarrollarse hoy globalmente? El Antiguo Testamento cuenta que cuando los hombres quisieron, por soberbia, construir una torre que llegara al cielo, Dios los castigó dándoles lenguas diferentes. Hoy, en el mundo de la globalización, el inglés se ha convertido en esa lengua unitaria, que no permitirá llegar al Cielo, pero que sí ayudará a hacer proyectos más grandes y complejos. Los que no conozcan esa ‘lingua franca’, simplemente quedarán fuera de ellos. Hoy en Internet hay decenas de veces más entradas en inglés que en cualquier otra lengua y quien sabe inglés tiene ingresos probadamente mayores que quien no. No hay duda que es necesario.
Pero ¿es el inglés el mejor idioma para los negocios? El punto de vista de márketing, la disciplina que busca satisfacer adecuadamente las necesidades de los consumidores, diría que no, pues el mejor idioma de los negocios es el idioma de nuestro cliente. Por eso no debería interpretarse el énfasis en el inglés como una invitación a quitarle atención a las otras lenguas.
Una de ellas es por cierto el castellano, que tan maltratado está en nuestra habla corriente. Si no hablamos un buen castellano perderemos la gran ventaja que representa el mercado de los 500 millones de hispanohablantes. Y si hiciéramos solo un pequeño esfuerzo de adaptación, podremos llegar mejor a los más de 200 millones de habla portuguesa.
Por otro lado, si los que ya saben inglés se dan ya por satisfechos, olvidan que eso representa hoy solo la “línea base” de la formación en el mundo. Ya en 1990, cuando dirigía la Maestría en Negocios Internacionales de la Universidad Laval en Canadá, como requisito mínimo de ingreso los alumnos debían dominar tres idiomas, cosa que cualquier europeo ligeramente culto hace hoy. Chino para los que se interesen en la potencia asiática; francés para quienes piensen en el mercado de la cultura, Francia, Canadá y medio África; italiano, alemán y otros más, según lo que se busque, harán la gran diferencia. Sin olvidar por cierto el quechua, que sobre todo quienes trabajan con comunidades andinas deberían conocer mejor. Do you speak French?
No podemos terminar sin señalar además la importancia política de esta parte del discurso, que es todavía más sorprendente por tratarse del presidente Humala, cuyo ultranacionalismo ha sido su bandera política. Reconocer que una lengua extranjera puede servir para formar mejores peruanos es ya un gran avance. Pero que, además, se trate de la lengua que alguna vez fue el “símbolo del imperialismo” es signo de una mucho mayor apertura. Quite good.