Rolando Arellano C.

En el deslumbramiento por los desarrollos de software que se hacen en países desarrollados, muchos olvidamos que tenemos ventajas que difícilmente podrán ser igualadas. Este es el caso de nuestros , que, hasta en su nombre, son imposibles de ser remplazados por inteligencias artificiales. Veamos.

¿Cómo competirá la (IA) con los recursos naturales?, le pregunté al espectacular ChatGPT, que tiene respuestas para todo. Me contestó lo siguiente:

“Es poco probable que la inteligencia artificial compita directamente con los recursos naturales, ya que la inteligencia artificial es una herramienta creada por los humanos para ayudarnos a resolver problemas y mejorar la eficiencia en diferentes áreas. Sin embargo, la inteligencia artificial puede tener un impacto significativo en cómo utilizamos y gestionamos los recursos naturales al optimizar la producción y distribución de alimentos, al reducir el consumo de energía y al mejorar la gestión de los recursos hídricos y forestales. Además, la IA también puede ayudarnos a comprender mejor cómo los ecosistemas funcionan y cómo podemos preservarlos de manera más efectiva. Por ejemplo, los científicos pueden utilizar la IA para analizar grandes cantidades de datos ambientales y detectar patrones que pueden ayudar a predecir el impacto del cambio climático y a tomar medidas para mitigarlo. En resumen, la inteligencia artificial no compite con los recursos naturales, sino que puede ayudarnos a gestionarlos y preservarlos de manera más efectiva”.

Se puede ver, entonces, que las nuevas formas de IA que tanto asustan hoy compiten en el nivel de las ideas, pero no pueden producir maíz, carne, cobre ni cualquier otro recurso indispensable para la vida. Más aún, si bien las tecnologías digitales podrían producirse en cualquier lugar del mundo (en Suiza, en Japón, en Singapur, en Uganda o en el Perú), no es lo mismo con los arándanos, el arroz o el estaño, necesarios para alimentar a los que producen software y a los que hacen las máquinas en las que ellos trabajan.

Por ello, como lo dice el mismo ChatGPT, deberíamos ver en la inteligencia artificial una oportunidad de incrementar el valor de aquello que solo nosotros tenemos: clima, espacio y recursos para alimentar y darle herramientas al mundo. Debemos entender que, en momentos en los que la tecnología puede viajar y es cada día más accesible a todos, los que tienen la mayor ventaja son aquellos que tienen los recursos para hacer que se convierta en bienestar real. No nos asustemos y, más bien, veamos en la aplicación de la IA la oportunidad de desarrollarnos más rápidamente. Que tengan una gran semana.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Rolando Arellano C. es CEO Arellano Consultoría para Crecer