PPK y Keiko: ¿una pena entre dos?, por Pedro Tenorio
PPK y Keiko: ¿una pena entre dos?, por Pedro Tenorio
Pedro Tenorio

Quiso la providencia y la política que Pedro Pablo Kuc-zynski fuera elegido presidente a los 77 años en un país masivamente joven y que su principal opositora –Keiko Fujimori–, a quien más de la mitad de electores no votó, recibiera en cambio un poder abrumador en el Congreso: una mayoría capaz de maniatar a su administración, si lo quisiera. En el camino han tenido choques de variada intensidad, pero el Perú no ha sido puesto al borde del abismo como muchos temían. Sin embargo, en ambas caras del poder se perciben oportunidades perdidas en los últimos ocho meses.

La emergencia nacional por los desastres nos está dando el marco para encauzar una relación que no debería ser beligerante ni obstruccionista. Ambos, ppkausas y fujimoristas, tienen mucho que perder: unos porque tienen la obvia responsabilidad de conducir el país, otros porque pese a ser la principal fuerza de oposición son los más identificados con su visión económica. El fracaso de los primeros está lejos de beneficiar directamente a los segundos. Y ese debería ser el punto inicial para un entendimiento político de convivencia (nadie habla aquí de alianzas ni cogobierno) capaz de sentar las bases de una reconstrucción y recuperación económica efectivas que impulsen las reformas institucionales más urgentes con miras al bicentenario. 

Parece un objetivo imposible, dada la cantidad de dimes y diretes en que suele enfrascarse la agenda política. PPK, Keiko y sus principales voceros y operadores necesitan trascender esto. Y una manera es apostando por una sólida legislación anticorrupción, una asignatura donde el Ejecutivo ha dado pasos tibios acicateado por el escándalo Lava Jato (no solo por las confesiones de Odebrecht, sino de las demás constructoras que hoy negocian acogerse a beneficios) y donde el fujimorismo, dada su mayoría, haría suyo un tema clave. De paso, apuntando a desterrar toda sombra de complacencia con la corrupción, tal como se lo endilgaron en la campaña y donde ayudó muy poco la presencia del ex secretario general del partido en el entorno de su candidata. Sería un esfuerzo útil para el país y para el futuro político de Fuerza Popular. Transparencia, Proética y la contraloría tienen iniciativas que el partido naranja podría asimilar presentándolas a debate antes de 28 de julio. 

El fujimorismo debería liderar una estrategia integral y no medidas aisladas, como aquella en que insiste sobre la propiedad de los medios y que pese a su evidente inconstitucionalidad mantiene como caballito de batalla. Craso error. Empero, hay temas que no pueden seguir entrampados por enemistades o fobias. Se necesita madurez en quienes políticamente tienen la sartén por el mango.