Yeda Chaparro

La movilidad sostenible se presenta como una solución a los problemas de congestión, contaminación y desigualdad en nuestras ciudades. Sin embargo, este enfoque no está exento de contradicciones y desafíos que debemos abordar con cuidado.

Por un lado, las oportunidades de la movilidad sostenible son claras. Promueve el uso de modos de transporte menos contaminantes como la bicicleta y el transporte público eficiente. Estos cambios no solo mejoran la calidad del aire y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también pueden transformar nuestras ciudades en lugares más habitables y accesibles.

No obstante, la implementación de políticas de movilidad sostenible puede acentuar las desigualdades existentes. Las periferias urbanas, donde reside gran parte de la población de bajos ingresos, a menudo no tienen acceso adecuado a servicios de transporte público de calidad. En estas áreas, el transporte informal cumple una función crucial al conectar a las personas con el resto de la ciudad. Las políticas que buscan eliminar estos servicios informales, sin ofrecer alternativas viables, pueden dejar a muchas personas aisladas y sin opciones de movilidad.

Además, las medidas para promover el uso de bicicletas y otros modos de transporte activo deben considerar las condiciones sociales y económicas de los usuarios. En muchas ciudades latinoamericanas, la inseguridad y la falta de infraestructura adecuada hacen que el uso de la bicicleta sea poco atractivo y hasta peligroso.

Por lo tanto, la movilidad sostenible debe ser inclusiva y adaptada a las realidades locales. Es crucial diseñar políticas que no solo sean ambientalmente sostenibles, sino también socialmente equitativas. Necesitamos enfoques que comprendan y respeten las necesidades y limitaciones de todos los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables.

En suma, la movilidad sostenible ofrece grandes oportunidades, pero su éxito depende de nuestra capacidad para enfrentar y resolver sus contradicciones. Solo así podremos avanzar hacia ciudades más justas, saludables y sostenibles.

Yeda Chaparro es estudiante de Arquitectura en la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann de Tacna